Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2010

Caricia loca

Te beso en este cálido instante para darte palabras nuevas, para sentir la tesitura de tus labios, los surcos de tus momentos, la humedad de tus secretos. Me enamoro de tus intentos, de tus fallos acumulados y de esos pinceles con trazos extraños que no entiendo. Te acaricio con un amor de sinonimia, con una epidermis camuflada de miel, con una voz que toca tu oído y lo siente vibrar apenas por un huracán de deseo hecho susurro. Te percibo, te reconozco, te analizo, te inspecciono, te reviso, me deslizo, me descontrolo, me anticipo, te pruebo, te mezclo, te combino… Dime cuál es tu principio porque yo me lo termino.

¿Me perdí o me encontré?

Quedé a medias atrapada por la ráfaga de una utopía. Me dejé llevar por la convicción de lo que podía pasar. Me hice rosa, me transformé en poesía y ya no quiero regresar. Soy una hoja escrita, una melodía cantada, un paso cansado y acelerado. Soy una sonrisa, una mirada, un cuento, una estrofa, una fotografía, una escultura de yeso, una cama desordenada y un barquito hecho de pliegues de papel. Soy una gaviota sobre el mar, el pez que la alimentará; la arena y el mar. Soy el capricho de una mariposa y también soy el amor. Soy el ensueño que te hará despertar, el perfume de la libertad, las alas que te faltaban y la amistad. Soy la almohada donde dormir y la palabra que necesitas decir. Soy el trueno y el relámpago, la tormenta que no puedes predecir. Soy el tiempo y el espacio, el frío y el calor. Soy el desafío, la carrera, la meta; el principio y el final, soy el camino. Soy el beso, la caricia y el abrazo; soy el susurro, la intuición y el sentimiento; la sinceridad, nunca l

Cansada

No me dejes dormir, tal vez no pueda despertarme después. Mi cabeza está confundida, entre nubes escapan pensamientos incoherentes. La oscuridad se aproxima. No me abandones. No me permitas dormir, quizás no deba levantarme después. Mi cuerpo está cansado, entre excusas inundadas de amor se sostiene en un mundo incompatible. Sometida al ritmo de los coches, de las máquinas, de los teclados, de los aviones… ¿Cómo sonaba tu voz? Un golpeteo extraño pretende despabilarme. El viento es tu instrumento mientras yo me transformo en lluvia. El sol no dice nada, calla pícaro me acusa de ser traviesa. Pero yo solo quiero dejarte mis palabras para que se las lleves a las personas que necesitan oírlas, que las disfrutan, que las sueñan, que las buscan inconscientemente. Tú eres más fuerte que yo y más convincente. Es hora. Es tarde. No puedo respirar. Déjame cerrar los párpados y descansar.

Abrázame

Extraño tu calor, ven a mi por favor. Enróllame en tus brazos y acaríciame. Envuélvete conmigo con pasión, así, como solíamos hacerlo. Echo de menos el latido de tu corazón en mi oído, tu mentón en mi frente, una de tus manos en mi pelo, la otra distraída y a veces imprudente. Ansío movernos al ritmo de nuestros besos apretados, extenderme como si fuese grande y llevarte conmigo al Universo. ¿Bailas conmigo? , me invitabas. Añoro tu olor confundido con el mío, tú en mi, yo en ti… Quiero de regreso nuestro amor. Abrázame. Extraño tu calor, el que me llegaba desde el fondo de tu alma, el que estaba presente incluso a mucha distancia, el que yo reservaba después de noches intensas.

Extras

A veces me olvido de que estoy aquí. Es la costumbre de escucharte, de verte andar. Es tu expresión, tu rostro, tu manera de hablar. Y luego surge la diferencia. Hay much@s más como yo, venid@s de lejos, extranjer@s, ajen@s a estas costumbres pero deseos@s de que sus vidas vayan mejor. A veces me olvido de que estoy aquí. Es la costumbre de escucharme, de andar. Es mi expresión, mi rostro, mi manera de hablar. Y luego surge la diferencia. Hay much@s más como tú, venid@s de lejos, inmigrantes, ajen@s a mis costumbres pero deseos@s de que sus vidas vayan mejor. A veces me olvido de que estoy aquí. Es la costumbre de escucharnos, de andar. Es nuestra expresión, nuestro rostro, nuestra manera de hablar. Y luego surge la diferencia. Hay muc@s más como nosotr@s, venid@s de lejos, human@s, ajen@s a nuestras costumbres pero deseos@s de que sus vidas vayan mejor. ¿Qué pasaría si ya no hubiera fronteras? ¿Si pudiésemos ir a cualquier parte? ¿Qué sucedería si nos e

Convulsión por el (des)encuentro

Es mejor poco que nada, un recuerdo al vacío, un instante a la frustración de no haberlo intentado. Pero lo dejé pasar… Tarde, es tarde para volver atrás. Me miras frío y no puedo contestar. Me reclamas, me acusas. No me puedo disculpar, los dos hemos sufrido inútilmente. Nunca conocí la felicidad. No importa haberte dejado, siempre te he amado, imposible ha sido olvidarte. No tuve que tocarte, ya eras mío, ya era tuya. Te confundes, te mezclas, me mareas, me exiges, me pospones… Te entiendo. No me odies por equivocarme, no me desprecies por ser cobarde. La vida es demasiado corta. Soy responsable. No tengo alma, no tengo cuerpo, se ha atragantado el tiempo en una súplica inútil que regresa, y regresa y regresa. Escuchando “Sea” by George Winston

Amor inconcluso

Acaricio tu pregunta porque no quiero contestar. Dices que se te hace tarde, que te tienes que marchar pero mi mirada te detiene, piensas que te lo voy a confesar. Rozo tus labios con los míos, no puedo acercarme ni alejarme más aunque tu anhelas todo has aprendido a esperar. Te pones tenso y luego te hago reír, sabes que te deseo pero no puedo insistir. Tomo tu rostro entre mis manos y beso tu nariz. Suspiras hondo, soy yo la que debe partir. Entremezclas apresurado tus dedos con los míos y detengo mis pasos. Ya estoy mirando hacia otro lado cuando me abrazas por detrás. ¡Cómo me gusta ese gesto tuyo! ¡Cómo quisiera por siempre aquí estar! Mis lágrimas escapan solas del secuestro de mis ojos, ya no aguanto más. Eres el amor de mi vida, pero no podré volver jamás. Si me quedo esta noche contigo nunca conoceré la felicidad. Viviré con amargura haberte dejado, recordaré que nada habrá más perfecto que este legado y tendré que disimular ante el pasado que me

No quiero despertarme

Te miro mientras duermes y disimulo sonidos. Sé que sabes lo que hago, pero es divertido, es nuestro juego matutino. Sonrío mientras te veo soñando, en algún momento tus párpados cambian de ritmo y sé que me he delatado. Sigues un rato con los ojos cerrados como pidiéndome que te despierte con besos enamorados, de esos suaves y dulces que nos dejan embelesados con ganas de más. No quiero despertarme antes, sé que también tienes tu ritual. Pasas tus dedos por mi cara a tan corta distancia que crees que no las siento, pero es imposible escapar a tu calor y tampoco lo intento. Entre amaneceres, abrazos, caricias, mimos, silencios… Entre ronquidos y labios secos que piden refresco del bueno. Entre vueltas derechas y de revés…Entre arribas y abajos. ¿Qué puedo decir? No quiero despertar, me gusta imaginar que estás dormido cuando en realidad jugamos al amor con todos los sentidos.

Me voy

Me voy donde no puedas encontrarme, mi búsqueda termina en tu silencio. Me perfumo de tu ausencia, soy libre. Me marcho de esta oscuridad y busco refugio en un sol real, en ése que se refleja en el espejo, en mi luz interior. Me evado porque no te pretendo más en mi vida y aunque lo niegues, tú tampoco me quieres en la tuya. Me despido en una carta amarilla en un sobre negro, en una inquietud incompleta, en un menú de razones que tienen un mismo sabor en esencia. No me sigas, no me busques. Me alejo sin pisar tapices ni aceras. Camino por la calle y luego escojo maderas. Navego. No hay regreso, no hay excusas. Renuncio a los recuerdos y espero que tu también eso elijas. Sé feliz. Olvidemos el dolor y vayamos allí separados, cada uno por su lado, cada uno con su barco. Será difícil el nuevo comienzo, pero aun más si estamos juntos. Lo siento.

En una hoja de papel

A veces, cuando pienso en ti te oigo. Estrujo la almohada sobre mi oído pero no desapareces. El sonido proviene de más adentro, de lo profundo de mis recuerdos, donde no puedo callarlos. A veces, cuando pienso en ti te siento tan cerca, tan tierno. Me doy un baño frío pero sigues ahí. Tu sensación está impregnada en mi cuerpo, en lo hondo de esta capa de hielo, donde me quemo, me persigue tu aliento. A veces, cuando pienso en ti te busco en fotos, en cartas, en grabaciones pero no suenas, ni te veo, ni escribes como antes. Eres algo etéreo que permanece y no puedo detener.
Un agujero negro mancha mis ojos y ya no te veo. Suena tu voz pero ya no te veo, siento tu cara pero ya no te veo. Tocas la mía y te recuerdo, me abrazas y me estremezco, me acompañas y lo entiendo. Ahora te reconozco con otras partes de mi cuerpo.

No me creas

No me creas si te digo que te amo pues no conozco ese sentimiento. No me creas si te digo que te siento dentro como no he sentido a nadie ni que muero entre los delirios de una fantasía por encontrarte en cualquier silencio que amanece en mi alma porque nada de eso es cierto. Bailo contigo en las estrellas, pierdo anhelos porque vivo mis sueños, se hacen realidad mis más hondas ambiciones. Se amplía mi pasión por el Universo y se ensancha mi pecho. Soy grande, soy mejor. No me creas si te llamo amor, si te sonrío valiente, si tiemblo con tu presencia, si suspiro por tus ojos, si me desvelo por tus caricias… No me creas si te reclamo amor. Soy algo distinto cada día, ya no tengo explicación. Me muevo a la velocidad del relámpago y con la fuerza del trueno me difumino. Aparezco transformada en melodía, en aire, en agua, en fuego, en madera, en metal… Abrazo el apetito que me da verte, dilato la necesidad de tocarte, me adhiero con el tiempo porque quiero ex

Quiero desnudar esta confusión

Voy a pasos atolondrados, dormidos los pies parecen distraídos al andar. Se mezclan unos con otros, se enredan, se complican… Avanzan ebrios, borrachos, desprolijos decorados por la sonrisa de quien les cambió la bebida. Y mis manos se precipitan hacia algún sostén. Tambaleo por mis cordones desatados, mi voluntad perdida. Quiero desnudar esta confusión. ¿Qué pasó entre que llegué y me fui? Algo perturba mi interior, una sensación de angustia cuyo origen no puedo recordar pero salpica acidez emocional. Este desequilibrio no lo puedo explicar. Una voz retumba en mi oído y quiero preguntar. ¿Qué pasa? ¿Quién ha sido? Tengo zumbidos, mareos y pérdida de sentido. Quiero desnudar esta confusión. No reconozco mi carne, mi cuerpo, mi piel… No me identifico en el espejo de ayer. Parece mucho tiempo, son solo veinticuatro horas después. ¿Dónde estoy? La angustia aumenta, me aterro en una conclusión: alguien abusó de su poder y ha quebrado mi destino. Quiero desnudar

Mi teclado es un piano

Al cabo de un tiempo despierto y solicito al Universo una visita, una ocasión para hablar con él, para explicarle mi ausencia. Al cabo de un tiempo despierto, aun con los ojos cerrados despierto y siento mis dedos depositados desordenadamente sobre una superficie suave, cuarteada o cuadriculada. Creo que es un teclado, pero me divierto adivinándolo porque imagino que me he dormido escribiendo algo. No lo recuerdo ni tampoco importa. Toco música porque ahora es un piano, no un escritorio de letras aglutinadas extrañamente por alguien que no conozco, El instrumento que tiene una armonía especial para mi, que es atrapado por mi oído inquieto suena y yo me deleito. Lo reconozco, lo incorporo, lo escucho, lo siento vibrar dentro de mi, ahora yo soy su instrumento. De pronto me equivoco de nota y pierdo el ritmo, se acaba la armonía y otra vez el ordenador recupera su forma transliterada. Lo escucho cuando mis dedos se precipitan en busca de un nuevo motivo, una nueva melodía. Parezco d

Soy un pensamiento

Desaparezco en esta duda, en esta inquietud intermitente que trasciende la soledad y viaja al espacio de lo posible, de lo tangible. Me desvío porque ya no quiero pensar en las posibilidades de encontrarte en el camino, porque ya no quiero verte ni saber de ti. Ya no te pienso y de esa manera me evito perderte. Me evado apenas en un suspiro y nadie se da cuenta de que ya no estoy, de que mi pensamiento se fue en aquella expresión que hizo la señora que estaba sentada frente a mi en el tren y que recuerdo después de tres días a raíz de un estornudo. No puedo. Es tarde para mi, pero muy temprano para abandonar una sala a la que nunca entré pero que el público se atrevería a asegurar que asistí y sonreí en todo el rato. No era yo, aunque si lo era. Las personas cambian de posición, se turnan para mirarme. Les devuelvo el gesto pero en el fondo no estoy presente. Sus rostros me parecen máscaras, siendo la mía la más evidente de todas. Imagina una inspiración profunda y verás como

Deseo prohibido

Mi cuerpo te extraña, no soy yo. Solo él te llama, te nombra, te desea. Iría a buscarte pero no se lo permito, aunque se tense y se humedezca no voy a rendirme a sus súplicas. Mi cuerpo te extraña y me condena a sentir el recuerdo de tus caricias, de tu calor, de tu áspera suavidad. Me obliga a probar tu sabor con los ojos cerrados, a traerte a mi a través de mis propias manos, a hurgar en lugares imposibles y esperados, a soñar contigo despierta. Mi cuerpo te extraña, no puedo ser yo. Empapado, ansioso, desesperado me exige que grite tu nombre, que te rescate del olvido, que te perdone. Tiembla, convulsiona, flota impaciente, me delata ante ti, me traiciona. Mi cuerpo te extraña y enloquece mis entrañas, pero yo no puedo ceder, me has hecho daño. Tengo que matar estas ganas de amar, a quien no conoce ni siquiera esa palabra.

Será mejor despertarse

Me anticipo a ti, a tu pregunta, a tu respuesta, a tu deseo retenido por la mera intuición de que vas a cometer un error al intentarlo. Me precipito a partir, a alejarme porque también me excita tu presencia y no quiero equivocarme. Me marcho rápidamente si pudiera no verte sería más fácil, si no me divisaras sería mejor pero siempre hay espejos en un corredor, siempre la mirada que queremos evitar nos sigue, nos inquiere, nos insiste. Me voy, no antes de haberte sonreído a distancia, de decirte que lo correcto es estar lejos, que la tentación me cansa que quiero amor y no sólo danza. Me esfumo en una noche blanca, estrellada, lunada, romántica, con música de fondo y ámbar. Me pierdo en tu olor que me persigue sin tregua, el asfalto gasta mi alma. Me apuro, me disfrazo de mapa y busco una salida acelerada un camino que no se te parezca, que me estruje, me apriete, me obligue a olvidarte. Me pinto de marea, de neblina inexistente, de farola ardiente, de

Atemporal

Te llamaré después, luego del encuentro, de entender los motivos y el baño de razones que pinta esta muralla de contradicción. Te buscaré más adelante, cuando ya no tenga nada que decir y me conforme con el silencio, cuando añore el momento de verte y de seducirte con mis complicaciones. Te alcanzaré en ese tiempo que no puedes saber ni imaginar, en la magia del instante que no exite ni sabemos si vendrá. Te esperaré, superaré tu paso y llegaré antes que tú, antes siquiera que lo pienses.

Tú, quien me lee

Tú que vienes de un lugar que no conozco, que no he visitado, que tal vez lo haga pero no puedo asegurarlo. Tú que me llamas poestisa y me llenas de amor y luz, de una ternura que no sé si es merecida pero que recibo porque me la regalas más allá de mis posibilidades de detenerla. Tú que escribes con el alma, con las manos enguantadas o con sangre… Tú que me ofreces tu alegría cuando la mía no alcanza, cuando se me cae la esperanza, cuando huye de mí. Tú que das pasitos gigantescos en mi corazón, que avanzas y aún así por tus tropiezos pides perdón. Tú que me buscas, me llamas, me dices que necesitas mi canción aún cuando en ocasiones creo que se me ha apagado la voz. Tú que me transformas, me ilusionas, me sueñas, me imaginas, me haces princesa de cuentos y también mendiga con tus verdades crudas y profundas. Tú que usas largavistas, gafas y telescopios. Tú que te fascinas por los microscopios y las lupas de todos los tamaños. Tú detallista, amante de l

Cenizas

Castigo de un momento que se esfuma con un poco de viento. A la orilla del mar, mezcladas con la arena, desde aquella roca alta lanzadas mis cenizas tocan el agua. Y soy feliz. Nado, me mezclo con la sal, con la humedad, Siento la profundidad, veo seres que nunca vi, conozco las mareas y las corrientes marinas, descubro ciudades y personas. Y soy feliz. Soy polvo, ya no sé lo que soy diluida por la inmensidad, estoy en todos lados: ¡Qué maravilla! Soy feliz. Pero no estés triste… No llores, te prometo que volveré, el océano es generoso, iré a visitarte. No estés triste… No llores, te prometo que siempre estaré, la tierra es generosa, vendré a visitarte. No estés triste… No llores, necesito ser libre ¿lo entiendes? Volveré en forma de flor, volveré en la poesía y en el amor ¿me crees? No estés triste… No llores, no puedo verte llorar. Seré el canto de un pájaro, seré el Sol, la Luna… Estaré en tus sueños cada noche… No llores, no por favor, no pertenezco

Yo que morí en un sueño y no sé como despertar

Yo que cuando amanece sigo dormida comiendo pan de los recuerdos. Yo que te sonrío aunque ya no estás, yo que me vacío por darte más. Yo que viajo con apenas equipaje pero que me pesa como mil maletas. Yo que parezco inocente y culpable al mismo tiempo: Finalmente irresponsable en una palabra de discurso acabado y sin fundamento. Yo que no me acuerdo de mi nombre ni del tuyo, que asimilo la existencia con un tubo enorme que no me deja salir y que me lleva sin saber adónde. Yo que aparezco en la noche sonámbula esperando respuestas interesantes, importantes y resueltas. Yo que te miro y no te encuentro. Yo que no me veo en este espejo. Yo que en la lluvia desaparezco, me evaporo, me condenso y finalmente caigo. Yo que estoy en cartas con faltas de ortografía y en fotos de cabeza cortada. Yo que me anticipo al silencio y le pido que se calle. Yo que me miento todos los días diciendo que no sé mentir. Yo que después de tantos días sin abrir los ojos los guard

Dos puntos rotos por una línea

Puntos rojos y verdes, puntos negros taciturnos y mordidos por el sueño. El cansancio consumido de un deseo insatisfecho, de una pared blanca pintada de amarillo por el sol que antes entraba por la ventana, puntos que no desaparecen por completo, quedan restos. Puntos atascados por un sentimiento, una desilusión, una frustración, un daltonismo acusado de tener esperanza en lo imposible, de querer cambiar lo que a nadie importa ni interesa. Puntos de fastidio, de odio, de aburrimiento. Puntos perdidos en el intento de manifestación, de pancartas creadas pidiendo auxilio, de pensamientos perseguidos por el Dictador Dinero. Puntos de partida, de llegada, puntos de intersección donde colocaron dinamita, puntos clave para crear líneas transitorias, puntos de honor destruidos por el miedo y el caos. Puntos de arte, puntillismo de nieve que se acumula y luego se hiela, resbala el suelo y rompe huesos. Puntos de bienestar y malestar, puntos rojos y verdes que han muer

No somos poesía

Yo creía en la poesía de tus labios, de tu corazón. Creía en el cantar de nuestro amor que resultó ser solo mío. Me aferraba a la esperanza de algo puro y ahora me deshago en pétalos negros. Ha muerto la rosa de los vientos. Yo creía en las mañanas anaranjadas y en las tardes violáceas. Creía en el trascurrir de un día nuevo anclado en proyectos y deseos, en sueños compartidos y en los propios. Me abrazaba a la ilusión de conocer quien eras y ahora me despojo en pétalos negros. Ha muerto las rosa de los vientos. Yo creía en la brisa del mar y en tu abrazo mojado. Creía en la melodía de tu corazón agitado y en tus manos calientes sobre la arena pintando recuerdos juntos en la forma de las nubes. Me hundía en el sentimiento más inocente y ahora me extermino en mis últimos pétalos negros. Ha muerto la rosa de los vientos. Yo creía en lo imposible. Creía en la nada como lienzo para el todo. Creía en ti. Creía en mi. No eres poesía, no soy poesía pero si fuera poet

Volver a confiar

Quiero seguir viéndote, conociéndote, descubriendo nuevas maneras de ser, ocasiones, situaciones que nos permitan desplegar de a poco nuestra intensidad. No. Quédate ahí y déjame explorarte así. Mírame a los ojos y dime que ves. Necesito reconocer tu esencia, detectar tu honestidad. Va y viene un reflejo de sol. Me precipito por momentos, no debo exagerar. Me gusta descifrarte, que desees que lo haga. Entenderte. Aceptarte. Quererte. ¿Es así el orden o al revés? Ojalá anheles mi corazón. Herida en mi orgulloso y también en mi dignidad no pretendo avanzar más ni permitiré que vengas. Tomará tiempo volver a confiar. Ojalá comprendas mi dolor. Apretada entre mis prejuicios y mi voluntad sin margen de maniobra no queda más que esperar o liberarme del miedo. Acostumbrada a mirar atrás y a que no me reconozcas pierdo fuerzas para continuar. Tomará tiempo volver a confiar. Tomará tiempo volver a amar.

Hipnosis

Más tarde dormiré en tus brazos, cuando ya no puedas decirme que no, cuando el sueño te haya alejado de mí. Más tarde apoyaré mi cabeza en tu pecho y sentiré tu alma cantar. Viajaré a ese lugar tibio que me niegas, que ya no quieres conmigo compartir. Más tarde, cuando despiertes y yo ya no esté, sabrás que has descansado bien, pero no imaginarás por qué. Ya no mendigo un amor que no me pertenece, sólo he venido a despedirme. Sin molestar, en silencio, sin derecho quizás pero siempre con sinceridad. Mucho más tarde, cuando por alguna curiosa razón recuerdes mi nombre y percibas que estuve en tu vida, sonreirás. A pesar del dolor hay recuerdos bellos que nadie descubrirá jamás.

Juicio

Mientras mi abogada habla yo estoy sentada mirando el horizonte de madera donde, un poco más arriba, está la jueza. ¿Dónde estoy? Mi entorno parece muerto sin sonidos, mis ojos están húmedos y mi mente confusa. Me toco la cara, la siento chupada, áspera, pálida… Respiro muy lentamente, me duele el pecho. Mi mano derecha desciende despacio desde mi rostro, por mi cuello hasta que llega a mi corazón y le oye “pum…pum”, sube y baja a su ritmo casi azaroso, inexplicable. ¿Estoy viva? ¿Dónde estoy? Nadie me escucha, mis labios están sellados, pegados uno encima del otro sin querer separarse. La voz no puede salir y tampoco lo desea, parece que el aire fuese a dañar mis pulmones. Cierro los ojos sin percibirlos, sin notar la diferencia entre la luz de la sala y la oscuridad que guardan mis párpados. Creo que ese frío que araña mi mejilla es una lágrima, pero no estoy segura. De pronto estoy en la playa, oigo las olas llegar hasta la arena con gran rapidez y luego acariciarla con tern

Miedo al vacío … al eco.. al silencio

Miedo a la nada sobresaliente de esta cascada que baja a grandes velocidades desde el cielo rocoso y accidentado. ¿Me estrellaré contra el fondo y perderá la cabeza en ese mar al que llegará el río? Miedo a la pregunta sin respuesta. ¿Y después qué?, ¿Y después qué? Dicen que el dolor no tiene más nombre que ese aún cuando encontramos sinónimos  como “sufrimiento”, “desgarro”, “abandono”. Yo creo que es miedo. Pero no es vacío. Este es un espacio lleno de posibilidades, es la oportunidad de alimentar el corazón con lo que amamos, deseamos, queremos, necesitamos… No, no es vacío. Es una bocanada de aire fresco. ¿Qué quiero hoy? Es la verdadera interrogante. No tengamos miedo de desear. Vayamos a buscar los sueños, los nuestros, los que se quedaron por el camino, los que omitimos, ignoramos. Esos, a los que fuimos indiferentes por pensar que viviríamos eternamente  y siempre habría tiempo. Esos, que alguna vez nos hicieron levantarnos pero que por una frustración tras otra

La resistencia al olvido

Despojarme de lo vivido no porque sí, sino porque he sufrido. Guardaba tus cartas, mis sueños, mis recuerdos, tu boca, nuestros besos, tu roce, tu sensación, tu nombre… Anidaba tu caricia que se había convertido en lija, conservaba tu sonrisa que sólo me parecía burla, anhelaba tu abrazo que podría ser forcejeo. El espejo está roto desde hace tres años. Mi imagen no existía sin la tuya, mi voz no sonaba si no la buscabas, mis ojos no se abrían por otra persona, mi alma no sentía a menos que estuvieses cerca. Despojarme de lo vivido no porque sí, sino porque he sufrido. Aislada, en la creencia de que eras mi mundo, mi vida. Alejada del amor, de la libertad, de la música, de la fotografía, de la poesía… Ajena a mi misma. Oigo las notas del piano: están solas como yo, pero suenan, suenan, suenan… El ritmo me despierta una extraña alegría que nace de la tristeza más profunda y te escribo esta carta. Me despojo de lo vivido no porque sí, sino porque he sufrido. Y no ha sido en vano, y

Anaranjado

El sol que baña los árboles de hojas caducas, la llovizna que se traduce en calma y paz me llaman a gritos a través de las cortinas cerradas. Estoy concentrada en una estrofa y no oigo nada. De pronto, el ruido de los coches sobre el asfalto, el sonido típico a mojado, a paraguas, a risas y gritos de gente apurada preocupada por las gotas finas que pueden volverse gordas y dolorosas me regresan de la euforia y las busco. El atardecer anaranjado me acaricia la cara. Sonrío atontada, feliz. Hoy me dice “buenas noches” y yo le hago una reverencia en palabras.

Observada

Me siento observada. Al otro lado de la calle él me mira, pero no dice nada. Me sigue, conoce mis detalles y rutinas. Me siento presa de su mirada. Acompañada en mi soledad diaria por un desconocido que me reclama silenciosamente. Asustada. Llena de palabras contradictorias y encontradas, justificaciones extrañas y poco claras. Él me busca, yo me escapo. Cierro el portal y no salgo, no salgo, no salgo…

De paso por el mundo

Soy  parecida a una pregunta, a una inquietud que se inyecta en los ojos y en la lengua, deja un sabor amargo y salpimentado cuando alguien quiere mi atención pero no entiende mi corazón y exilia mi abrazo. Estoy atrapada y  soy libre en la angustia de instantes eternos y frustrantes que siguen pidiendo solución, de metas a largo plazo que no tienen visión ni contenido solo una palabra: voluntad. Viajo con un mapa antiguo que esconde túneles cerrados y derruidos. Nunca son atajos, solo un retraso inventado por el enemigo que se esconde en uno mismo. Sigo buscando. Aparezco en la luz. Tengo esperanza, busco motivos y acaparo el micrófono tapándome los oídos. No tiene sentido. Voy contramano en una calle de un solo carril, dispuesta a atropellar a quien se me enfrente, pero eso no dura mucho. Creo en el diálogo y en la construcción en equipo, doy marcha atrás, pero alguien ha pensado lo mismo que yo. Estoy  apresada en el callejón. Alguien dice mi nombre.

Simbiosis

Me deshago en esa lágrima que escapa llamándose rocío, te extraño en esa mentira apañada en costumbre, en aromas, en colores, en sentidos excitados por la fortaleza del cariño. Te extraño en la forma del sol, en la dureza de la tierra, en el frío del mar, en la acidez del vino porque tu hacías que todo fuese distinto y mejor. A veces me llamabas “Pajarito” cuando te hablaba bajito y te cantaba en susurros inaudibles para el mundo, delicados para nosotros. Fuente de inspiración, de momentos nuevos plenos de locura y redención. Me deshago en esa lágrima que escapa llamándose rocío, en la excusa perfecta que regala el tiempo perdido, ese que sigue pasando a pesar de que queramos detenerlo  y guardarlo inamovible, inmutable, inmortal… Desaparezco tras la cortina  que se agita cuando abres la puerta, me escondo, me escabullo. Eres un fantasma en mi dolor, una presencia que me exprime amor a base de un temor irremediable. No quiero olvidarte y te evoco en sueños, pero tu fuiste real y

Amor blanco

Llevo una corona de sueños en la cabeza ya sabes que no soy princesa ni pertenezco a la realeza. Cae nieve y miro al cielo con delicadeza abro mi mano para recibirla. Ella primero se despereza y luego se acomoda entre las líneas más gruesas de mi palma. Se calienta, me enfría pero yo la siento como una caricia. Llevo un aro pesado que se enreda entre mis cabellos blancos. No entiendo de monotonía ni de espasmos me gusta la melodía que moja los pastos, me preocupa la que los inunda. Cierro mi mano con fuerza la nieve que parecía arena queda dura, espesa. La dejo libre, es bella pura por naturaleza, no es de mi pertenencia. Reniego de mi pobreza, soy millonaria porque tengo amor. No necesito ser alteza, sólo flor.

REM

En este sueño disparatado e inquietante me gusta verte con los ojos cerrados. Casi despierta, casi dormida entre trenzas de sueños y flores. Evoco esa vez que fui cometa y tú la cuerda que me sostenía en tierra. El viento era el amor más profundo que nos unía. La fantasía más hermosa cumplida en este parpadeo infinito que te busca y ya no pregunta ni se desgana porque sabe que en los sueños no hay límites, casi parecen recuerdos. Ya lo sé, bajo la luz de un deseo que imagino cumplido no estás realmente conmigo. El día es de soledad aunque aun te siento en la piel y tus palabras me dan alivio. Este sentimiento permanece pero mi pensamiento se dispersa ante la evidencia de que ya nunca volverás. Mi alma se expande. Si creo en el amor algún día se transformará en persona. http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-31712

Ternura

Bésame con las manos,  paséate por mi alma haciendo zigzagueos amables y tiernos,  ámame en susurros y en caricias,  sácate el disfraz de brisa y bésame con las manos.  Respira el aroma de nuestra pasión,  de las estrellas brillantes  que se reflejan en nuestros ojos  tristes de melancolía y nostalgia.  Te veo en la Luna y te canto melodías  esperando que vuelvas. Añora la esperanza y llámame libertad,  que las rosas sin pétalos no podemos volar. Bésame con las manos  en aquella fotografía en blanco y negro,  regálame color.  Escucha mi corazón desenfrenado y ansioso,  anticipando al piano, al violín y al clarinete. Camina conmigo después,  al ras de una ola inquieta  que hace espuma en nuestros pies,  fría, tibia y luego casi caliente.

¿Por qué no podemos jugar en columpios?

Cuando los cabellos se dejaban llevar por el viento y nos acariciaba la cara el cielo. Cuando las piernas nadaban en el aire a modo de pez en el agua. Cuando sonreíamos por las cosquillas y gritábamos por el vértigo. ¿Por qué no podemos ser niñ@s, pequeñ@s, inocentes otra vez? Cuando estaba permitido jugar, correr y saltar a la cuerda. Cuando el error era una excusa para darse un abrazo. Cuando la amistad era para siempre y los caprichos eran dormir en brazos de nuestros padres. ¿Por qué no apreciamos lo sencillo? Cuando la vida y la muerte eran fáciles de explicar y no importaba si no entendíamos nada, estábamos content@s igual. Cuando los árboles eran para subirse y hacer casas. Cuando se podía cantar y desafinar en coro ¿Dónde quedó la infancia de los adultos? ¿Dónde está nuestr@ niñ@?

Ayer Sangre

Tengo las manos manchadas de sangre y dolor, de injusticia rutinaria, de mirada indiferente casi cómplice. Mastico la culpa en un rumiante quejar rabioso, histérico y triste. No disculpo ni la pereza ni la mentira del “todo cambiará”  basada en la ilusión hipócrita evocada desde el cómodo sillón de la sala, frente a una mesa y a un ordenador. Apaciguo los ánimos con una bebida caliente. Tengo los pies fríos y la cabeza vacía. El corazón grita desesperado y las manos convulsionan sobre el teclado. Pero todo es nada. No hay revolución, no hay lucha, no hay esfuerzo; sólo queda una esperanza vana basada en las buenas intenciones de un alma arrepentida. ¿Podría ser este el comienzo? Ayer sangre y mañana también, el intermedio es evidente: el aplastamiento, la burla, la reconstrucción fingida en un holograma plastificado, impreso a todo color a costa del principio de energía. La dependencia alimentada con créditos, sonrisas y acuerdos. La desigualdad se reproduce con a