Miedo a la nada sobresaliente de esta cascada
que baja a grandes velocidades
desde el cielo rocoso y accidentado.
¿Me estrellaré contra el fondo
y perderá la cabeza en ese mar al que llegará el río?
Miedo a la pregunta sin respuesta.
¿Y después qué?, ¿Y después qué?
Dicen que el dolor no tiene más nombre que ese
aún cuando encontramos sinónimos
como “sufrimiento”, “desgarro”, “abandono”.
Yo creo que es miedo.
Pero no es vacío.
Este es un espacio lleno de posibilidades,
es la oportunidad de alimentar el corazón con lo que amamos,
deseamos, queremos, necesitamos…
No, no es vacío. Es una bocanada de aire fresco.
¿Qué quiero hoy? Es la verdadera interrogante.
No tengamos miedo de desear.
Vayamos a buscar los sueños, los nuestros,
los que se quedaron por el camino,
los que omitimos, ignoramos.
Esos, a los que fuimos indiferentes
por pensar que viviríamos eternamente
y siempre habría tiempo.
Esos, que alguna vez nos hicieron levantarnos
pero que por una frustración tras otra los aparcamos,
dejamos de intentarlo.
Esos, que nos llaman.
Muy lindo, en el fondo y en la música propia del poema..
ResponderEliminarReconozco que soy amante de la musicalidad en la poesía -el fondo, si es sentido, ya tiene de por si-
En fin.. que andas por buen camino para ser -buena- poetisa.
Voy leyendo..
Buena noche!