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Mostrando entradas de marzo, 2010

Mientras el mundo sigue girando

Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda. Entonces no me muevo o voy al ritmo de todo lo demás, en una sincronía diacrónica y despótica que me quiere manejar, imponerse, que me pretende culpable o inocente pero nunca responsable, que exterioriza los sentidos y los aleja, que me vuelve irracional e insensible. Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda. Entonces me fabrico mentiras intencionadamente circulares que aromatizan el mundo, me las creo, las repito, las reparto, las distribuyo… Inventos tecnológicamente legitimados, científicamente comprobados, políticamente legislados, económicamente rentables, fantasmalmente satisfactorios. La felicidad no existe, ni siquiera en la tele, en la radio, en el diario, o en Internet, aunque el espacio virtual quiera hacérnoslo sentir. La felicidad no existe porque vivimos atropellados por la fantasía, por la matriz que nos trasfiere emociones insólitas, provocadoras pero vacías. La felicid

¿Ahora vienes?

Tenía miedo de encontrarte. ¿Cómo iba a mirarte? Tan sólo esperaba una carta, pero no llegó nada. "¿Podré dirigirme a tus ojos? ¿Dé qué manera lo haré?” Entre resentimiento, confusión y esperanza se movían mis pensamientos. Tenía miedo de hablarte. “¿Qué voy a decirte?” Extrañaba tu voz y sólo quería callarme. Había escrito tanto, había sentido demasiado. En mi corazón habitaba ese vacío de querer gritarte y ese temor de que no entendieras nada. Me ha pasado antes de ilusionarme con palabras. Estaba enamorada de tus frases, creía conocer tu esencia. Tenía miedo de escucharte. “¿Qué vas a contarme? Tal vez ya no te importe y no digas nada, quizás continúes con un discurso que no debo aceptar, puede ser que nunca te haya comprendido. Todo esto me sobrepasa”. Y luego, más tarde, ahora, en unos segundos más de esta nada que me rodea, ahora, ahora que se me acaban los versos, ahora que ya no puedo llorar, ahora que ni siquiera tengo rabia, ni pena ni des

Es que me gusta dormir en tu pecho

Hoy ha sido un día intenso, creo que no podré separarme de ti ni un segundo, me encanta estar así. ¿Y si te cansas? ¿Y si te aburres? ¡Ay! ¿Qué te estoy pidiendo? Tú también estás agotado pero yo sólo quiero estar contigo. ¿Y si te agobias? ¿Y si te duelen los los brazos? ¡Ay! ¿En qué estoy pensando? Tú también has trabajado duro pero yo sólo deseo estar contigo. ¿Y si no te apetece? ¿Y si no tienes ganas? ¡Ay! ¿Qué estarás mirando? “Yo también he tenido ese sueño a lo largo de todo el día”.

Echo de menos tu poesía

echo de menos esa música en mi oído, esa sensación de lápiz entrelazado entre mis dedos, ese silbido, esa cabalgata al costado del río... echo de menos lo simple y lo complejo, la ecuación de momentos nuevos, la recuperación de los viejos... echo de menos recordarte, acariciar las olas con la brisa, despertarme contigo en la arena... echo de menos la Luna, nuestra Luna, tú Luna, mi Luna. echo de menos tu poesía, mi canto, tu melodía, ¿cómo se disfraza la agonía en alegría? ¿cómo se encienden luces que brillan apagadas? echo de menos el ruido, el silencio, los motivos, la mirada que aparta el vacío y llena el camino de amor. echo de menos la vida, la que compartía contigo, la que ya no existe, la de fantasía.

El minuto eterno

Aunque un minuto más tarde desaparezca, el instante de esa alegría nunca podrá morir. Esa fusión, esa empatía, esa etiqueta puesta distraída, esa magia compartida por la virtualidad y una tecla carcomida, ese puntero arrollado por la multitud de nombres que se acumulan en una lista, esa flecha partida, apretada, confundida en su configuración, en una melancolía. Aunque un minuto más tarde desaparezca, el instante de esa alegría nunca podrá morir. Renacerá una esperanza infinita en la creación, será el instrumento de una nueva poesía, en el descubrimiento de la empatía, del espejo viejo, gastado, hecho de arena de lejos traída, parpadeantes sueños que esperaban una correspondencia viva. No llores, te oigo, por favor no llores, no grites mi ausencia perdida, festeja que por fin he regresado. Leyendo “Amor” Jose Luis Serna Pérez

Sigo obsesionándome por ti

Sigo obsesionándome por ti, en cada recuerdo te afincas más a mi presente, te nutres de mi, me deshaces para hacerte a ti. Sigo obsesionándome por ti, en cada imagen, sensación, sonido, olor, sabor, en cada palabra escrita, en cada libro, en cada bebida, en cada fragancia, en cada esquina está tu presencia que me atormenta de un algo que ya nunca será mío. Sigo obsesionándome por ti, apareces en el espejo, en la ducha, en la cama, en la silla, ocupas mi espacio, mi cotidianeidad, me posees, me enganchas, me utilizas, juegas con mis deseos y fantasías, te aprovechas de mi dolor. Sigo obsesionándome por ti, en cada recuerdo te fabricas una nueva parte, un nuevo órgano, un nuevo músculo, hasta que harás tu piel de mi piel y me dejarás morir. Leyendo Borrador XXIX (quimera), de Jose Luis Serna Pérez

El río sigue pasando y siempre llegará al mar

Pienso en la distancia kilométrica que nos separa, en lo difícil que es conversar o encontrarnos, en escribirnos una carta, en poner en común la voz. ¡Tengo tantas ganas de escucharte! Pienso en la distancia kilométrica que nos separa, en esa ausencia que aumenta, en ese vacío que dispara sin medida, ahí, donde más duele, en esta soledad que se multiplica cada vez que no sé nada de ti. ¡Tenga tantas ganas de escucharte! Pienso en la distancia kilométrica que nos separa. ¡¿Por qué no me lo dijiste?! ¿Por qué te callaste y te tragaste tu pena, tu esperanza de que no me fuera, tu piel fría, tu corazón herido? ¿No pensaste que yo necesitaba oírlo, oírte decir que me querías, que era importante para ti? ¿No pensaste que yo necesitaba sentirlo, estar segura de que el nudo en la garganta no era solo mío? ¡Tenga tantas ganas de escucharte! Pienso en la distancia kilométrica que nos separa, en la irremediable desaparición de lo que fue, en una despedida sin palabras,

Lo que yo valoro

La delicadeza de tu alma, la sensibilidad de tu corazón, la inteligencia de tu ser, la pureza de tus intenciones, la voluntad de tus brazos, la fuerza de tus piernas, la gentileza de tus manos, la generosidad de tu voz… Añoro viajar contigo, soñar, proyectar y hacerlo realidad, deseo la verdad, la sinceridad, el respeto y la libertad. Me enderezo por la justicia y la dignidad, y así es como quiero continuar. Lo que me motiva es que me quieras, camines conmigo sin complejos, que te entregues, que me recibas, que me hables, que me escuches, que vengas y que vayas, que hagas lo que hagas siempre me tengas en cuenta. Lo que yo busco es estar segura de mi propia sangre, de saber quererte tanto como espero que lo hagas, de enamorarnos mutuamente de forma dosificada. Lo que yo valoro por sobre todas las cosas es que seas una buena persona.

Tal vez no sea la última vez que me despida

No voy a volver a buscarte. Ya insistí demasiado, ya comprendí tu mensaje. Me duele tu indiferencia, tu falta de palabra, de compromiso por lo que fue. Me lastima tu ausencia. No voy a regresar a buscarte, ni a preguntarte nada más. Me castiga el silencio con excusas que no puedo justificar. Mi camino ha cambiado, seguramente no te volveré a encontrar. No voy a ir a buscarte, no voy a pedirte pan. Mis sentimientos están enredados en hilos manejados por mi conciencia insaciable y mi añoranza profunda. Mi vida es diferente, no te puedo culpar. Estoy triste, me haces falta, pero hay que continuar. El desafío es constante, no podemos parar. Te deseo que seas feliz, yo ya lo estoy intentando.

¿Me faltas tú?

Tengo la lengua dormida, los ojos cerrados, la vida ocupada, el sueño callado… Tengo apetito pero tengo miedo, cuando regresan las ganas, regresan las dudas… Tengo mis intenciones claras, pero mis sentimientos ansiosos, las emociones excitadas, los pensamientos distraídos, la voluntad dividida… Tengo un recuerdo que se apaga, pero que en cualquier momento volverá. Tengo alguien que me espera, pero en cualquier instante se irá. Tengo un deseo al que llamo, pero que no me quiere escuchar. Tengo la lengua dormida, los ojos cerrados, la vida ocupada, el sueño callado… Tengo minutos asimilados y un ordenador encendido. Tengo horas acumuladas y un amor comprometido. Tengo días conservados y una cabeza confundida. Tengo años congelados y una necesidad insatisfecha. Tengo la lengua dormida, los ojos cerrados, la vida ocupada, el sueño callado… Tengo la duda más grande de mi vida. Si te veo, ¿sabré reconocerte?

Estoy perdida (tu boca manda)

Cuando tu boca me encuentra estoy perdida. Primero se enfrenta a la mía, la observa desde una distancia mínima, siento el aire que se escapa de lo más profundo de sus entrañas, tiembla mi alma. Creo que la poca piel que no se toca en realidad sí entra en contacto. No hay manera de ser salvada. Cuando tu boca me encuentra estoy perdida. Se acerca como quien va detrás de su presa, inspecciona mis labios, los huele, los toca, los prueba suavemente, los derrite, los inmoviliza, los debilita, los moja, los bebe, los come… Creo que la poca piel que se pega en realidad se contagia. No hay manera de ser salvada. Cuando tu boca me encuentra estoy perdida. Con su paciencia de diosa acapara mi deseo, no me sacia hasta que esté preparada, hasta que esté por completo entregada a su juego seductor de hechicera, hasta que la haya hipnotizado, sometido como lo ha hecho ella y ninguna de las dos pueda ser salvada.

Cama (historias paralelas)

Abrazados, al tocar la tierra el sol, por ese instante que casi nadie percibe sé que estás ahí, oliendo mi pelo, rozando tu nariz por mi cuello, besando mi lunar preferido sólo porque tú lo has elegido, mimando todos mis sentidos en un solo sitio. En ese roce de comienzo, de seducción de los rayos dorados tocando el mar, tú ya has reconocido y señalizado tu propio camino por mi cuerpo, has probado distintos senderos y sin necesidad de elegir uno has ahondado en unos más que otros. En esa conexión, en ese intercambio de azul y amarillo yo inspecciono tus ojos, uno tus músculos en un grito, beso tu pecho, te pruebo, te saboreo y me pierdo, adoro todos tus sentidos en un solo sitio. Atrapados por el deseo, el cielo nos admite, nos deja pecar entre las nubes, nos incita a rodearnos de algodón y a nadar por una neblina echa de agua de boca, de lengua hambrienta, de caricias de labios que suplican… En esa cama de historias paralelas, sólo somos alma, esclavos de

Cuatro formas de armar tu cuerpo

I Tus brazos mi almohada, tu pecho mi colchón, tu boca mi oxígeno, tu corazón mi vida, tus manos mi ropa, tus ojos mi espejo, tus orejas mi alimento, tu nariz mi deseo, tu cuello mi refugio, tus piernas mis sábanas, tus pies mi bolsa de agua, tu espalda mi manta, tu pelo mis guantes. II Tus brazos mi prisión, tu pecho mi castigo, tu boca mi veneno, tu corazón mi tortura, tus manos mis cadenas, tus ojos mi fuego, tus orejas mi maldición, tu nariz mi delirio, tu cuello mi condena, tus piernas mi división, tus pies mi premisa, tu espalda mi pared, tu pelo mi cortina. III Tus brazos mis alas, tu pecho mi paracaídas, tu boca mi gasolina, tu corazón mi motor, tus manos mis garras, tus ojos mi luz, tus orejas mi escape, tu cuello mi compás, tus piernas mi aterrizaje, tus pies mi estabilidad tu espalda mi cordura, tu pelo mi visera. IV Tus brazos mis remos, tu pecho mi barca, tu boca mi mar, tu corazón mi presa, tus manos mi red, tus ojos mis g

De “ocupa” en mi corazón

Ya no quiero soñar contigo, vete de mi lado, despeja mi costado, abandona mi cama. Ya no espero caminar contigo, deja de hablarme, de distraerme el alma, renuncia a mi vida. Ya no deseo bailar contigo, no me sigas, no me mires, no me toques. Pero sabes que no es cierto, que te echo de menos como pocas, que estás conmigo sin planearlo, que te anticipas. Estás esperándome en el pensamiento que abandoné esta mañana cuando te besé antes de levantarme. Ya no puedo sentirte dentro de mi, aléjate de mi amanecer, permíteme ser. Me haces mal, me duele tu presencia ausente. Soy mi dueña y decido borrarte, ya no ocupas mi corazón, renuncia de una vez a esa posición.

Baño de besos

Si cantas conmigo no me puedo negar. Entre esquemas distintos y poco cotidianos me llama un suspiro suplicando mi atención. El calor en mi cuello te delata cercano, profundo. Palpitante la ilusión me obliga a cerrar los ojos, me hace jadear deseando más, exigiendo más porque sabe que me lo vas a dar. Ya ni tengo principio ni tengo final porque estás más allá de lo que puedo distinguir, ilimitado, infinito, indeterminado. El tiempo no pasa, vive. Me asimilo a una ola que se mezcla con si misma, con la arena y con el resto del mar. Me parezco a una roca que es rozada en constante fricción con el viento. Sólo quiero gritar, llorar, despertar en tu dulzura, en tu voz, en el cielo claro que trae más amor al amanecer. No hay mañanas iguales. ¡Tus ojos son tan bellos! Puedo reflejarme en ellos. Tus manos saben donde encontrarme, reconocen cada movimiento, cada espacio, cada necesidad, cada capricho de mi cuerpo. Te recorro en los recónditos sitios que sólo yo poseo

Escondidos al descubierto

Me miras por el reflejo de una ventana, sonríes porque sabes que te he descubierto. Aguanto el suspiro, disimulo las ganas, te llevo en el alma pero me gusta jugar un ratito. Me buscas y te escondes. ¿Dónde te has metido? Me haces salir a buscarte pero estás detrás de mí. Cosquillas al viento, me escapo a tiempo. ¡No es justo que tú no tengas! Ya no me oculto porque quiero fundirme en tu boca. Me esquivas y tonteas conmigo. La verdad es que tengo buenos reflejos. ¡Ya eres mío! ¡Y pensar que me mareo en los cruceros! Agárrame fuerte y dame otro beso. Escuchando “Colgando en tus manos” Marta Sánchez y Carlos Baute

Nada

Vueltas y vueltas y vueltas. Regresa la Luna al punto inicial y no la veo cuidarme. No. Vueltas y vueltas y vueltas. Analizo el círculo del sol y no lo veo amarme. No Vueltas y vueltas y vueltas. Prefiero la sonrisa a la indiferencia. Manifiesto de angustia a los nubarrones grises que me atacan. Vueltas y vueltas y vueltas. Incapacidad de silencio. Sí. Vueltas y vueltas y vueltas. Muerte de momentos y deseos. Sí. Vueltas y vueltas y vueltas. Anticipo de avenidas vacías. Manifiesto de angustia a los nubarrones grises que me atacan. Mañana, tarde, noche. Quebranto de días que no terminan y empiezan otra vez. Cabeza, torso, piernas. Cuerpo que no descansa y que lo evita. Principio, desarrollo y final. Lucha por una razón que alguien termina. Manifiesto de angustia a los nubarrones grises que me atacan. Melancolía, nostalgia de una vida. Sueños rotos en melodías que los despiertan, los pedazos indican que alguna vez estuvieron enteros, que alguien

¿Compartimos conocimientos?

No sé bailar, sólo seguir el ritmo de la música e improvisar. No sé cantar, sólo desafinar y dejarme llevar. No sé pintar, sólo sentir curiosidad. Sé amar, entregar el alma siempre. Sé soñar, tener alas y viajar. Sé caminar, correr y nadar. No sé coordinar, sólo pensar en varias cosas al mismo tiempo. No sé tocar instrumentos, pero aprendo melodías muy rápido. No sé cocinar, pero me gusta observar el milagro de la creación. No sé mentir, no sé ocultar, no sé partir, todos los días aprendo a llegar. No sé engañar, no sé pelear, no sé pegar, todos los días aprendo a luchar. No sé ser indiferente, disimular o escapar, todos los días aprendo a enfrentar. Sé confiar pero cuando lo hago no sé perdonar. Sé admirar pero cuando lo hago no puedo parar. Sé aprender pero cuando lo hago no sé enseñar. Soy muy exigente y a veces prejuiciosa. Todos los días hay que mejorar. Soy sensible y muy intuitiva. Todos los días hay que mejorar. Soy lo que puedo ser, pero qui

Contigo en el amor

Contigo quiero estar, dejar de imaginar pero juntos soñar. Contigo en el amor, en la lucha diaria por un mundo mejor, en el olor de las flores y en el sabor de la libertad. Contigo en las opiniones diferentes y en las que compartimos, en la sana discusión. Contigo en el abrazo impetuoso, en el apoyo mutuo, en la sonrisa en medio del llanto, en las manos entrelazadas. Contigo al lado del río viendo las gaviotas tocar el agua al atardecer en primavera, vivir la rambla, pisar la arena. Contigo en la excusa por verte, en la mirada traviesa, en los gestos secretos, en los momentos nuestros. Contigo indignados por la injusticia, por el maltrato, por la explotación y el dominio. Contigo en pocas palabras y en todas las que trasmita el Universo. Contigo en la esperanza, entregados hasta quedarnos sin ganas. Contigo en el camino, con proyectos separados y otros mezclados, con coraje en lo cotidiano. Contigo quiero estar, dejar de imaginar pero juntos soñar.

Cuando suena “Melissa”

¿Y si no me hablas? ¿Y si no me contestas? Agacho la cabeza porque me pesa. Miro la pantalla, veo el suelo, vuelvo a las estrellas… Capto la sutiliza de esa melodía que me apresura, me emociona. Me persiguen las notas exigiendo respuestas y me desespero. ¿Y si no me hablas? ¿Y si no me contestas? Frías las manos y los pies, calientes el alma y las ideas. Acelera la vida y se detiene. El transcurso del tiempo no cambia sólo como lo siento. ¿Y si no me hablas? ¿Y si no me contestas? Más allá de lo que dije, de lo que expliqué, de lo que busco, de lo que pretendo encontrar. Más aquí, en el corazón lo único certero es que te extraño. Escuchando “Melissa” Raúl di Blasio

La luz a través de la persiana

Por esas diminutas franjas, espacios, intersticios, por esos lugares separados pero unidos en un conjunto, por esa persiana de agujeros blancos entra el sol y el cielo azul. Desde la cama me asombro, sonrío, lo miro, lo disfruto, me deleito. Pongo mis brazos bajo la cabeza y me dispongo a admirar ese paisaje secreto que sólo conocemos la cortina y yo. Amarillo brillante y azul profundo, me pierdo segundos y luego regreso. Cierro los ojos y siento, percibo la calidez, la luz, la energía… Me desperezo, bostezo y me levanto. Suspiro contenta, ya llegó la primavera.

Sin explicaciones adversas

Me gusta ser. No explicar. Andar, vivir, sentir, caminar, correr, volar, reír, probar, jugar, amar. No explicar. Me gusta imaginar, tocar, palpar, contagiar, mirar, gesticular, expresar, bailar, patinar. No explicar. Me gusta llevar, traer, viajar, nadar, oler, sacudir, soplar, soñar, decir, enamorar, conquistar, seducir. No explicar. Me gusta entender. No explicar. Saber, conocer, aprender, enseñar, compartir, leer, escuchar, escribir, contar. No explicar. Me gusta ser. No explicar. ¿Cómo me vas a comprender?

Así me gusta bailar contigo

Ya no sé si te beso bailando o si besándote me gusta bailar. Danzar en tu boca, sentir el ritmo en el cuerpo esas burbujas locas y picantes que me recorren por dentro, se hacen movimiento, deseo en aumento. Empapados los labios se secan en otros besos que los vuelven a mojar y se repite nuestro ritual. Me rozas, me rodeas, me atrapas, me escapo, bailamos, coqueteamos, te amo, me amas. Tiemblo cuando te acercas, me gustas, me encantas. ¿Dónde escondo las ganas? Me miras, me dominas, caes rendido, te conquisto, luego del sudor seguimos apretaditos.¡Qué rico! No hay descanso ni minutitos sólo una mano que quiere alcanzar tu cuello y otra que se pega a mi cintura. Toda la música es muy movida pero tú y yo lo hacemos lento, es nuestro encanto, nuestro momento. Nos reímos y lo sabemos. No hay nada como hacer el amor en cada beso.

Ausencia

¿Dónde estás? No te oigo en el viento. Tengo frío, es lo único que siento. Mis manos te buscan, mi boca te añora, mi corazón te llama, mi tiempo se acaba. ¿Dónde estás? No te oigo en el viento. Después de la tormenta mis ojos lloran, mi cuerpo no me soporta, mis huesos se rompen, mis sueños son pesadillas en sombras. ¿Dónde estás? No te oigo en el viento. Se aquieta el suspiro, se asfixia el aire, la manta se cae, la sábana resbala. ¿Dónde estás? No te oigo en el viento. Tengo frío, es lo único que siento.

Me gusta mirarte (a veces en secreto)

Sin espiarte, pero deleitarme, disfrutar de la profundidad de tu mirada, sentir la calidez de tus ojos, la amabilidad de tu sonrisa… Me gusta mirarte porque me transmites paz, todo se ve un poco mejor con tu espíritu emprendedor, con tu voluntad y amor. Me gusta mirarte porque me transportas, me haces grande cuando crees en mi, cuando me recuerdas que debo confiar, luchar desde el interior. Me gusta mirarte porque así soy libre, me agregas una razón para ser feliz y canto y escribo porque tiene sentido compartirlo. Escuchando “La vida” de El canto del loco

Destino

Veo letras pasar, unas tras otras formando palabras y luego frases que significan, que invitan, que informan. ¿Por cuánto tiempo lo sabré? No puedo ser sin haber sido, no sería hoy, sin lo que fui ayer pero sigo preguntándome. ¿Cuál es el margen para elegir? Las palabras son iguales, así seguirán mientras dure este tramo. Intentas detenerme tomándome del brazo y te miro con desconcierto, quizás enfado, tal vez con preocupación. ¿Necesitan ayuda? ¿Vas a pedirme algo? ¿Qué intentas con ese gesto? Las palabras nos guían pero las acciones nos determinan. Me río porque el bolígrafo se me enreda en el pelo, pienso en aquellas sencillas cosas que nos pueden hacer sonreír. ¿Por qué es tan difícil ser feliz? De un momento a otro ya no estás aquí y yo hace tiempo que no sé dónde estoy. ¿Te perdí de vista o has sido tú que te distrajiste? Muchas personas han transitado ya, muchas palabras han sido escritas, sin embargo sigo esperando que suceda eso. Camino buscán

Sensible

Mientras tiemblan los ojos tirita la luz. ¿Quién se mueve: tú o yo? En la subida por la vereda a sesenta grados de altura vemos una línea en el horizonte allí el cielo toca la tierra. “Parece que nos aproximamos al mar” exclamas contenta. ¿Qué puedo pensar? Nunca lo había percibido así. Siempre concentrada en el peso que llevaba había olvidado el camino, el viaje. Sólo importaba el destino, aunque se tratase de una avenida más, otro paso que dar. Luces en la noche, sin ser estrellas sino farolas. Puntos amarillos infinitos, chiquititos, grandes, fijos y distantes. Puntos de personas, millones de razones y casas. “El sol baña los edificios”, te emocionas. El motor se confunde con la música, pero tan sólo en mi oído. Nadie a mi lado, yo me acuerdo de ti. No hay nadie sentada en este sitio, solamente una energía que escribe recordando un tiempo que siempre cambia.

Mientras me besas, lloro

Me duele cuando me besas porque no quiero que lo hagas. Déjame tranquila, no me impongas tu manera. Tengo un ritmo distinto, no me gusta la fuerza. Me duele cuando me besas porque no quiero que lo hagas. Tengo alma, soy una persona no entiendo cómo puedes decir que me amas. Me duele cuando me besas porque no quiero que lo hagas. No vengas, no te acerques, no me toques, no volveré a hacer nada obligada. Me duele cuando me besas porque no quiero que lo hagas. Indiferente a mis angustias sigues, persistes. Me acusas de no quererte, de no cumplir, de no dejarte conforme. Me duele cuando me besas porque no quiero que lo hagas. Tengo miedo y he sido irresponsable. ¿Por qué aceptar que me maltrates? ¡Basta! No me digas lo que tengo que hacer ni como tengo que actuar. Yo elijo como ser, como vivir.

Me hablas en silencio

Es cierto, rodeada de gente me he sentido sola, rodeada de silencio me he sentido acompañada. Esa ausencia de sonidos es imaginaria, una manera de decir que no hay personas a pocos metro de mi. Un espacio vacío nunca lo he experimentado, sería inhumano. Te oigo a través de la pared, a través de la ventana. Sé que más abajo, allá en la calle gritan niñas y niños que juegan, hablan hombres y mujeres, sienten los seres emociones que no puedo explicar, que soy incapaz de describir. Te oigo desde una silla de madera, escribo una trás otra las letras en un teclado automatizado. Suena una música improvisada la primera vez, y luego una y otra, indefinidamente hasta que termino de componer mi propia obra. Te oigo, aunque a veces quisiera no hacerlo, aunque a veces te echo tanto de menos que pierdo el tiempo imaginando. Te oigo, y así como vivo también muero resucitando sueños y trayendo de un viaje casi ajeno momentos que no me parecen míos pero que has decretad

Profundidad de campo

Mis ojos me traicionan, me confunden. ¿No te conozco o no te reconozco? ¡Qué ganas de besarte el alma! Camino rápido entre estos pastos mezclados con la noche plateada, me apuro a tientas en ciertos puntos del sendero, soy… Mis ojos me traicionan sin intención de hacerlo, te encuentran recostada en un sueño bello, sobrevolando el trigo. Te ven dormida y quieren tocarte, llevarte lejos donde nadie pueda intentar sentirte. Egoístas mis ojos, mis manos, mis cicatrices cada vez más notorias. Mis ojos me traicionan, se vuelven locos, blancos y negros, se cierran los párpados, se cierran y vuelven abrirse lentamente. Intermitente la luz cuando pasa una nube y me vuelvo hacia el cielo para mirarla. Imperceptible la distancia que nos separa. Amor, ¿cómo se llena el vacío de tu belleza? Eres mía pero no puedo tenerte. Egoístas mis ojos que no quieren compartirte. Mi deseo me traiciona, me vuelve cruel y egoísta, me convierte en infiel de los mandamientos del Uni

Caracolas

El mar se viste de fiesta, lleva brillantes estrellas en su abrigo largo. Invita a bailar a la Luna y ella lo acompaña gustosa. El mar se viste de fiesta para cortejar a la Luna. Perseguido por la duda de un encuentro que desea, que sueña hace siete noches, que lo mantiene alerta del sonido de los pájaros, sabe que cuando llega el silencio se aproxima ese momento. El mar se viste y se desviste sólo para la Luna. Se pinta puntos blancos para atraerla, la refleja para que ella pueda verse en sus ojos transparentes, para que se sienta segura. El mar está enamorado de la Luna. Tiene su esperanza fija en el cielo, sabe que ella cambia, que mengua y luego regresa con toda su fuerza, sabe que la Luna es eterna, que nada los une, que nada los separa. El mar sabe que la Luna es suya y de nadie, que es libre en la melodía de una noche estrellada, constelación de deseos que se suman incontables y aliados al mágico instante de verla. El mar está con la Luna. La tiene si

En palabras sobre papel

Te lo escribo porque si lo pronuncio se me va a quebrar la voz y tal vez salga corriendo. Te lo escribo porque es mi mejor forma de expresarlo, aunque seas perezoso con la lectura espero que esto lo hagas por mi e intentes leerlo. Te escribo porque así me muestro sin miedo a ponerme colorada delate tuyo, porque no quiero que te burles ni te preocupes de mi nerviosismo. Te lo escribo porque así te imagino tocándome en este papel que es mío. Te escribo porque soy amante del tiempo y lo eterno y lo que está escrito nadie lo borra ni se lo lleva el viento, aunque hay ilus@s que lo han intentado. Te escribo porque así amanece más temprano, se disipa la duda de lo raro; no es solo por poeta ni por costumbre, te escribo porque te amo en letras. Te escribo porque me nace así hacerlo, aunque digan que tengo voz dulce la verdad es que tu mirada me deja sin aliento. Te escribo porque dispuesta en la playa se piensa mejor y se liberan las tensiones. Te escribo porque

No me dejes

A veces me pregunto si volveré a verte. No quiero despertar de ese sueño que te llama inocente. Déjame dormir en tus brazos otra noche. Ya sé que no estás y que las lágrimas caen únicamente para asegurarse que vas a secarlas con tu dedo pulgar. “No llores” me dices, y solo puedo hacerlo más porque sé que no es cierto, que no cuidarás de mi, ni me regalarás tu sonrisa. Sola tendré que continuar y mi alma se quiebra otro poco. A veces estoy segura de que te encontraré, que aparecerás en mi camino, que te abrazaré fuerte y tu también lo harás, te quedarás conmigo. Me amarás tanto y cuanto he ansiado que estuvieses aquí. “No me esperes” me dices y sólo puedo intentarlo veinticuatro segundos porque me desaliento con la idea de no volver a sentirte a mi lado. Sola tendré que continuar y mi alma se resquebraja un poco más. A veces estoy segura de que no te extraño, de que no pienso en ti, pero es que inconscientemente cuento con tu presencia. El sueño no despabila

Musa

En cuanto te extraño más, me pierdo un poco más. En cuanto mi pensamiento te persigue y te busca, se refleja en una noche diferente, incapaz de comprenderte, tú más desapareces. Estás lejos, impenetrable, confundida entre las claves de mi bajo y de mis sienes. En cuanto más te extraño, más me pierdo. En cuanto mi sentimiento te pregunta e intenta sorprenderte, se permuta en una frase inconsistente que fabrica sueños incompetentes, tú más desapareces. Estás lejos, impenetrable, confundida entre las claves de mi bajo y de mis sienes. En cuanto te extraño menos, menos me pierdo. En cuanto mi vida continúa abrazada a este compendio de situaciones nuevas que me encuentran luchando para llegar, se aparece tu imagen sonriente y sé que algo he conseguido. Estás cerca, conmigo, confiada en las claves de mi bajo y de mis sienes. Escuchando “Cerca” de Peyones

¿Por qué me estoy peinando?

Decidí mirarme al espejo un minuto y medio mientras terminaba de desenredarme el pelo. Ni corto ni largo, simplemente lo suficiente para que se creen nudos en las puntas y se terminen de desarmar esos rulos tan bonitos que se forman con el cabello recién lavado. Minuto y medio y pienso en el desorden que habita sobre mi cabeza. Minuto y medio y aterrizo la sensibilidad en un dolor agudo por un hilo castaño que ha quedado atascado en el cepillo. Minuto y tic tac. Suena la alarma del teléfono. “Ocho y treinta”, pienso. He saltado de la cama antes de tiempo porque necesitaba orinar, llevaba horas aguantando pero no me quería levantar. Como ahora, no me quiero ir. Esta mañana amaneció más temprano. Hacía rato tenía los ojos abiertos, bastante despabilados por esas líneas doradas que atravesaban la persiana de madera y luego las de mis párpados. Estaba esperando la luz, no la de la mañana sino la interior, la respuesta. No llegó ni siquiera un atisbo de solución, ni una palabra, ni

Me retiro de este sentimiento

Te amo en silencio. Ocultando motivos, disimulando ante los testigos. Me escapo de ti, de mi corazón, me atravieso una lanza para decirte que no, que no puedo, que ahora no es el momento, pero me muero por dentro cuando quiero hacerlo y debo detenerlo, es que mi cuerpo te siente puro, demasiado intenso. Te amo en silencio. Me escapo con el viento, la lluvia me dice que estás contento, que te acuerdas de mi y sabes lo que siento, estoy sufriendo intentando seguir y tiemblo parecida a una actriz en pleno estreno, ya no me encuentro, soy la protagonista de un cuento que no tiene terreno y que se excusa por no permitirse lo tierno, demasiado intenso. Te amo en silencio. Este día desaparezco para no inventar más excusas ni contratiempos. Me retiro del juego, si amo lo hago en serio, no a medias tintas ni de mentira, te amo entero o simplemente no te tengo.

Lienzo

¡Tengo tantas ganas de verte, de charlar contigo, de encontrarte desprevenido, de descubrirte, de abrazarte, de llorar un rato a tu lado, de apoyarme en tu hombro, de que digas mi nombre, de que vengas conmigo, de que me cuentes lo que te pasa, de que te reveles pasando por alto mis prejuicios, de que no me juzgues, de que me quieras tanto como yo te amo! ¡Tengo tanta necesidad de saberte cerca, más allá de la distancia kilométrica que nos separa y que no podemos superar más que con un avión que sobrevuele el agua! ¡Tengo tanta curiosidad por saber lo que sientes, lo que piensas, lo que imaginas, lo que deseas! Me pierdo en este abismo de espejismos, de sensaciones diarias de tocar tu pecho dormido a mi lado, de tu contacto íntimo y puro, de tu voz en un oído que te escucha sabiendo que no estás… Me muero un poco en esta espera de incontables momentos de ausencia, de desesperación por este olvido que me señala el tiempo que no puedo controlar. Me perjudico

El beso en tres actos

Acto I: Labio superior Está cerca de mi, me invita a complacerlo con esa caricia que le hace tu lengua cuando se dobla hacia adentro. Me incita a buscarlo, a atraparlo decididamente y sin titubeos, a perseguirlo, a conquistarlo. Se nota que está ansioso, seco, deprimido por mi aparente indiferencia. Se excita por el aroma de mi presencia, tiembla un poco, intenta controlarse pero no puede. Acto II: Labio inferior Me pide que lo tome, que lo beba descaradamente, que lo succione, lo humedezca, lo calme. No tiene paciencia y se aproxima imprudente. Sabe lo que siento, otras partes de mi cuerpo me delatan pero él quiere que yo dé el primer paso. No me atrevo, deseo probarlo sin embargo no puedo. Intento escapar de este momento. Tu boca lo entiende y lo acepta. Se distancia mínimamente, lo necesario. Acto III: El contacto Entonces son tus ojos los que me besan con esa mirada tuya tan tierna que me desarma, que me consuela de tanto desengaño y echa l

Ganas

Las guardo en un bolsillo para que nadie pueda verlas, las oculto, las disimulo, las evito, las borro del papel, no las nombro. Las alejo del diccionario, de los sinónimos y antónimos, las encarcelo en un sitio oscuro, las formateo, las despido sin indemnización ni reembolso de ningún tipo. Las evado con los pasos y la mirada, con las manos, con el cuerpo entero las rechazo. Las ignoro, anestesio de mis sentidos, las arranco de aquello que me las recuerda, las fulmino. Las aplasto, las quemo, las disuelvo, las derrito, las evaporo. Las interrumpo, me interpongo entre ellas y mi corazón pero no hay modo: siguen allí, saben que las anhelo. Cuando deje de pensar en ellas seguro se habrán marchado y se habrán convertido en estrellas.

Cuando las bocas sueñan…

Te imagino navegando por mi boca, parando de vez en cuando en alguna orilla rocosa sintiendo las formas, las texturas, probando los sabores deleitándote con el aroma de mi mar. Te imagino suave, dulce, tierno. Cuidadoso de tu huerto, dueño y esclavo al mismo tiempo de ese amor incontrolable que te protege de estar ciego. Te imagino profundo, taciturno y a veces dormido en la cueva de los encantos cubierto por mi lengua en manta, mordido por el deseo, acaparado por la locura del trago airoso y húmedo. Te imagino inquieto, apurado, impaciente, invitado de honor de mis labios, sabroso momento que quiero repetir en cuanto abra los ojos.

Rosa silvestre

Me preparo para tenerte en mis brazos, mis sueños dicen que vas a venir. Como oráculo se me despierta la intuición, como polos opuestos en una enloquecida pasión. ¡Mi corazón está tan solo sin una razón, sin una causa mayor que él mismo! ¿Quién le ha enseñado a sentir su honor? ¿Por qué no ha aprendido a tenerse amor? Me mentalizo por tu llegada, por ti. Me despido de la búsqueda innecesaria de valor porque sé que lo llevo dentro, sé que tengo fuerzas suficientes para lograrlo. Siento tu apoyo, tu mano, tu aprecio. Me oriento por la esperanza, por mí. Me alejo del castigo de la desconfianza, me incito a caminar sola porque creo que puedo hacerlo, es el primer paso para descubrir el primer punto de mi sendero blanco. Sonrío distraída al tiempo. Vaya manera de empezar el año, recogiendo flores del campo…

Primera vez

No te burles de mi inocencia, de mi viaje nuevo por tu cuerpo, de mi torpeza en los besos, de mis caricias desatinadas. No te burles de mi falta de experiencia, de mi ansiedad, de mi pasión descontrolada, de mi deseo desordenado. No te burles de mi amor, de mis ganas de estar contigo, de hablar, de soñar y de tocarte. No te burles de mi inocencia, no te rías de mi forma de ser soy sobre todas las cosas una mujer que ha elegido entregar su corazón.

Contar

Y es ahí, justo en ese diminuto segundo en el que sé que estás aquí. En ese instante de la pérdida de la noción del tiempo y en el comienzo de la simultaneidad de un sentimiento viejo que le da calor a mi corazón, que lo reconforta. Presente en ese lapso tan corto imposible de medir con un reloj puedo dibujarlo en mi mente, trazarlo primero con pinceladas suaves que se van llenando de color a lo largo del día. El recuerdo es fugaz, la sensación eterna. Es ahí, en ese intervalo de entusiasmo desconocido por los demás que yo te atrapo en mis manos y te guardo. No es posible saberlo, solo sentirlo y nadie más que yo siente que tú estas conmigo, en mi, para siempre. En las pequeñas cosas y en los detalles que hacen la diferencia, estás en la canción y en la palabra configurada, monosilábica y polifacética. No me pidan que lo explique, alguna vez les habrá pasado con un recuerdo, con un olor, una textura, un rostro, una sombra, una carta, una película… Les habrá

Espejo

En el tren he visto su reflejo en la ventana, demasida luz en el vagón contrastada con la oscuridad de la noche. Estaba distraida, enfocada en sus pensamientos, dejándose llevar por hilos invisibles de inercias y apegos. Concentrada en el espejo improvisado creado por la noche se arreglaba su pelo enrulado. Recién salida del trabajo, cansada, un poco desordenada en el último día de la semana. De pronto me miró, pero no me vio observarle. Mis ojos se fueron a otra parte, a esa niña acurrucada en el regazo de su madre, dormida, tranquila, a salvo. Luego una pareja subió. Tomados de la mano se apoyaron en la puerta del lado opuesto a la entrada. Los escrutinio. Él está frente a ella y me impide verla. Parece que se besan y luego sí que percibo el rostro sonriente de ella. Se come un bombón y lo mira fijamente. Se ríe y él vuelve a esconderla. Miro frente a mi. No hay nadie. Nadie que sepa lo que hago, lo que siento. Soy una mujer escondida en un tren, una mu

Con ganas, necesidad y deseo

Con ganas de verte, de sentirte, de preguntarte dónde estás, con quien, si te acuerdas de mi, si quieres venir aquí. Con intención de anticiparme a tu paso, sorprenderte, atrapar una estrella fugaz y entregártela para que pidas lo que deseas. Con necesidad de quitarme la piel, de arrancarme esta sábana rugosa que me aleja de tu contacto, que ya no se estira, que es estéril a las emociones nuevas. Con evasión a pedirle permiso a la memoria para tergiversar los hechos y transformarte en presencia. Con ilusiones ardientes y locas que te apuren a darte cuenta de mi urgencia. Con sueños mojados que me excitan la vida y me dejan en llanto porque nunca estás a mi lado. Con penurias hirientes, ojos rojos y voz quebrada por el desaliento. Con angustias de niña necesitada de cobijo, de amor, de ternura, de caricias puras…

Camuflada

Me pides palabras que no poseo, tú me enseñas y yo intento aprender en este desafío continuo y pelea con el mundo. Las voces suenan fuerte y mis oídos se cierran para no ensordecerse de terror. Mi garganta queda empeñada por una esperanza prestada al viento, éste se la ha llevado lejos para regalársela a alguien tan mendig@ como yo. Mis manos atadas con cuerdas blandas y elásticas, yo enrrollada en una alfombra. Uñas rotas de tanto rasgar contra el tejido, la espiral me asfixia y yo complico aún más mi estancia en el Universo. Brazos azules en partes y también negros, verdes, amarillos. Me pides palabras que no tengo porque me han cortado la lengua. Sufro en mi silencio inevitable, pero todavía puedo escribir. Quiero ser libre, llámame cuando salga de nuevo la Luna. Mientras, oraré para que desaparezca esta locura, crearé mi plan de huida y obedeceré, seguiré camuflada hasta que llegue la justicia.

Te veo en la multitud

Te veo en la multitud, te reconozco sabiendo que no eres tú, que no es posible que estés aquí. Tengo miedo, me duele encontrarte en esas figuras familiares y desconocidas al mismo tiempo. Este lapsus de mi mente me desconcierta. Yo elegí el final, sin embargo te recuerdo seguido. Traigo tu voz a mi oído, el color de tu pelo, la silueta de tus labios, el largo de tus manos… Echo de menos tu abrazo y el sentimiento cálido de la amistad, de la complicidad y del amor. Te confundes entre personas y vuelvo a perder tu imagen, pero te quedas en mis pensamientos haciendo preguntas extrañas cuyas respuestas di hace mucho tiempo. Te veo en la multitud, te reconozco sabiendo que no eres tú, que no es posible que estés aquí. Me imagino como estás o que podrías haber hecho esta mañana. Recuerdo tu risa pero no el color de tus ojos. Creo que nunca me fijé en eso. A veces pienso en llamarte pero sé que es tonto porque sólo preciso saber que estás bien. No me veo hablándote d

Travesura de ojos cerrados

Mírame mientras duermo, acaríciame de lejos en esa distancia prudente que nos permite tenernos. Sonríe recordando eso, tócame los sueños, atrapa mi parpadeo con un beso y calma mi entrecejo. Cuídame mientras duermo, abrázame, mantenme cerca de tu cuerpo, de tu ritmo tranquilo y fuerte, de tu corazón puro y sincero. Sáciate en mi deseo, demuéstrame el tuyo, desviste las intenciones nocturnas y ámame en el día. Visítame mientras duermo, enrédate conmigo en este momento, perfúmame con tu aliento pero no me despiertes, quiero sentirte de nuevo.

No se puede dormir en un tren

Humo entre los pastizales, polvo blanco enrarecido, suelo negro y verde, olivos enfilados. Pequeñas flores amarillas y rojas, sangre entre las raíces muertas, duras piedras cubiertas de musgo, sol que asoma en el horizonte. Puentes con grafitis acompañados de firmas viejas, marrones los caminos de carreteras, líneas ocsuras que conectan torres. Lugares comunes pintados de montañas en niebla, a lo lejos saluda la nieve y me pregunto cuánto más durará. El brillo de la tierra mojada, inundada, el cielo azul y las estrellas claras plasmadas en el lago artificial después de la tormenta. La vida sigue fuera del tren. El mundo cambia, cada segundo avanza gran distancia. Una entrada me apresura después, un pájaro que vuela y una liebre que escapa asustada. Árboles de hojas secas y ramas desnudas esperan la sorpresa de la primavera pero sienten el invierno en sus venas. El tiempo pasa distinto desde el tren. El mundo muta mientras yo voy de un punto a otro, él s

Labios dolidos

Labios surcados, heridos, maltratados por el tiempo y la angustia de una necesidad insatisfecha. Labios dolidos, secos, acaparados por una desesperación que perciben mis dedos en su tacto. Labios confundidos, internados en una burbuja de deseo, sangrantes por las heridas de mis dientes apretados contra ellos. Labios impetuosos, desobedientes, desesperados por ti, por la sensación de sentirte, de saberte real. Labios anesteciados por la ausencia de amor, incompatibles con la existencia, indiferentes a las personas que los miran. Labios que te prefieren a ti, que te quieren a ti, que se humedecen por ti. Labios tristes, sepultados en un recuerdo feliz que se repite cuando arden en esa sangre derramada. Labios guerreros, educados para entregarse enteros una sola vez, labios que no perdonan, labios que no olvidan, labios que se lastiman sólo para permanecer vivos. Labios surcados, heridos, maltratados por el tiempo y la angustia de una necesidad insatisfecha. Labios q

Voz amarilla

Tengo que escribirlo. Sería tan feliz solo con escuchar tu voz, verte sería un milagro, acariciarte más que un sueño pero todo se deshace en una intención de papel fotográfico. Te siento entre los poros de los recuerdos atados con candados a un pasado diluido en lágrimas, a un perdón que no se materializa ni siquiera en una sonrisa. No te olvido no porque no pueda, sino porque no quiero. Apareces sin pedir permiso y vienes y me acechas y me duele… ¡Pero no te vayas, no me dejes! Me aferro a esa esperanza hecha almohada aplastada en mi abrazo, asfixiada en mi pecho gritándome qué soy “sólo un sol tapado por nubes”. Así me decías cuando sabías que estaba triste. Tengo que escribirlo. Disimular que estarás aquí mañana y podré quemar esta carta. Se me duermen las manos, se me queman los dedos y se marchitan mis pétalos. Solo tu voz, luego tus ojos, tus manos y finalmente el anfitrión: tu corazón. El espectáculo empieza por el final porque ya conocemos los

Quererse es respetarse

No es ponerse celos@ ni hablar fuerte, no es dar golpes ni ser autoritari@, no es manosearse sino acariciarse, no es insultarse ni ofenderse. Quererse es respetarse Es caminar juntos sin tener miedo a perderse, es confiar y discutir conscientes, es proyectar en acciones, acompañarse, apoyarse, es despertar sueños y sentir la vida. Quererse es respetarse Sin respeto no hay posible compañía, ni planes, ni justicia. No hay diálogo ni igualdad. No hay sinceridad. Sin amor no hay unidad, no hay prosperidad. Quererse es respetarse: a tí y a quien te rodea.

Hoy vengo en calidad de ser

Hoy quiero ser una rosa. Un sueño palpable en una poesía coherente y entregada a la verdad. Regálame tu sonrisa en un amanecer azul cuando el sol empiece a musitar una oración para traer un nuevo día. Verte por aquí me trae felicidad, arrancada de un hondo desconocido lugar que he anhelado por tanto tiempo. Creía que no volvería a encontrarte nunca, pero estás aquí, conmigo. Hoy me acuerdo de la última vez que estuvimos juntos. Me abrazaste fuerte y me deseaste lo mejor. Tu mirada era sincera, como siempre, llena de positivismo, una luz en mi preocupación. Me froto los ojos porque no me parece posible esta visión. Nunca supiste que me había enamorado de ti y tampoco te lo diré. Ese es mi secreto. Hoy quiero ser rosa. La persona que soy por completo. Con mis defectos, mis cicatrices, mis virtudes y mis logros. Hoy vengo en calidad de ser. Ya te has ido otra vez, pero ha sido bonito tenerte aunque sea en una foto. Una que me trajo el viento, me despeinó

Oración a la Tierra

Te veo asomarte al mundo, despacio, calmo, brote de pureza que aparece con ese particular cambio de estación, que florece, se expande, y luego perece. Te observo desde el puente. Estás tan lejos de mi pero yo te siento tan ceca… tan dentro. Te admiro por tu fortaleza y grandeza. Sólo puedo imaginarme contigo probando el aire desde tu cima, deleitarme con el paisaje que ofrece tu punto de vista, amarte más cada día. Sonrío por dentro y por fuera, respiro. ¡Qué bonito es sentir! Existir. Explorar lo que está más allá de lo que puedo siquiera tocar o imaginar. Soy ave, soy aire, soy molécula, soy átomo. Mi cuerpo no me encierra sino que me lleva, me comunica con el mundo, es mi canal, mi medio, mi mensaje. Te escucho en este silencio simulado creado por mi paz. Te oigo. No puedo evitarlo y lloro. Eres tan hermosa, tan clara. Te quiero. No tienes oídos, ni ojos, ni nariz, ni boca, ni hombros, ni brazos, ni manos, ni piernas, ni pies, ni pecho, pero tienes corazón, tienes vida y sin es