Es cierto, rodeada de gente me he sentido sola,
rodeada de silencio me he sentido acompañada.
Esa ausencia de sonidos es imaginaria,
una manera de decir que no hay personas
a pocos metro de mi.
Un espacio vacío nunca lo he experimentado,
sería inhumano.
Te oigo a través de la pared,
a través de la ventana.
Sé que más abajo, allá en la calle
gritan niñas y niños que juegan,
hablan hombres y mujeres,
sienten los seres emociones
que no puedo explicar,
que soy incapaz de describir.
Te oigo desde una silla de madera,
escribo una trás otra las letras
en un teclado automatizado.
Suena una música improvisada la primera vez,
y luego una y otra, indefinidamente
hasta que termino de componer
mi propia obra.
Te oigo, aunque a veces quisiera no hacerlo,
aunque a veces te echo tanto de menos
que pierdo el tiempo imaginando.
Te oigo, y así como vivo también muero
resucitando sueños y trayendo de un viaje
casi ajeno momentos que no me parecen míos
pero que has decretado que los escriba.
Te oigo y me invitas
o me impones o te callas.
Frustrada porque no lo dije como querías
o dibujada en una sonrisa satisfecha
que no admite estar distraída.
Te oigo, pero déjame a mi también hablar.
Escuchando “One man’s dream” de Yanni
rodeada de silencio me he sentido acompañada.
Esa ausencia de sonidos es imaginaria,
una manera de decir que no hay personas
a pocos metro de mi.
Un espacio vacío nunca lo he experimentado,
sería inhumano.
Te oigo a través de la pared,
a través de la ventana.
Sé que más abajo, allá en la calle
gritan niñas y niños que juegan,
hablan hombres y mujeres,
sienten los seres emociones
que no puedo explicar,
que soy incapaz de describir.
Te oigo desde una silla de madera,
escribo una trás otra las letras
en un teclado automatizado.
Suena una música improvisada la primera vez,
y luego una y otra, indefinidamente
hasta que termino de componer
mi propia obra.
Te oigo, aunque a veces quisiera no hacerlo,
aunque a veces te echo tanto de menos
que pierdo el tiempo imaginando.
Te oigo, y así como vivo también muero
resucitando sueños y trayendo de un viaje
casi ajeno momentos que no me parecen míos
pero que has decretado que los escriba.
Te oigo y me invitas
o me impones o te callas.
Frustrada porque no lo dije como querías
o dibujada en una sonrisa satisfecha
que no admite estar distraída.
Te oigo, pero déjame a mi también hablar.
Escuchando “One man’s dream” de Yanni
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por pasar, comentar y sugerir!