Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda.
Entonces no me muevo o voy al ritmo de todo lo demás,
en una sincronía diacrónica y despótica
que me quiere manejar, imponerse,
que me pretende culpable o inocente
pero nunca responsable,
que exterioriza los sentidos y los aleja,
que me vuelve irracional e insensible.
Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda.
Entonces me fabrico mentiras
intencionadamente circulares que aromatizan el mundo,
me las creo, las repito, las reparto, las distribuyo…
Inventos tecnológicamente legitimados,
científicamente comprobados, políticamente legislados,
económicamente rentables, fantasmalmente satisfactorios.
La felicidad no existe,
ni siquiera en la tele, en la radio, en el diario, o en Internet,
aunque el espacio virtual quiera hacérnoslo sentir.
La felicidad no existe
porque vivimos atropellados por la fantasía,
por la matriz que nos trasfiere emociones insólitas,
provocadoras pero vacías.
La felicidad no existe
porque hay demasiada injusticia,
intolerancia, indiferencia, ni siquiera el mundo idílico
que me señala el semáforo me convence, por eso me rebelo.
Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda.
Escribo y escribo y grito
aunque ahora nadie me escuche,
porque mientras haya aire habrá eco,
mientras haya personas, habrá esperanza,
mientras haya vida habrá muerte.
Y el ser humano es inmortal
mientras sus ideas y acciones
sigan girando por el mundo.
Entonces no me muevo o voy al ritmo de todo lo demás,
en una sincronía diacrónica y despótica
que me quiere manejar, imponerse,
que me pretende culpable o inocente
pero nunca responsable,
que exterioriza los sentidos y los aleja,
que me vuelve irracional e insensible.
Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda.
Entonces me fabrico mentiras
intencionadamente circulares que aromatizan el mundo,
me las creo, las repito, las reparto, las distribuyo…
Inventos tecnológicamente legitimados,
científicamente comprobados, políticamente legislados,
económicamente rentables, fantasmalmente satisfactorios.
La felicidad no existe,
ni siquiera en la tele, en la radio, en el diario, o en Internet,
aunque el espacio virtual quiera hacérnoslo sentir.
La felicidad no existe
porque vivimos atropellados por la fantasía,
por la matriz que nos trasfiere emociones insólitas,
provocadoras pero vacías.
La felicidad no existe
porque hay demasiada injusticia,
intolerancia, indiferencia, ni siquiera el mundo idílico
que me señala el semáforo me convence, por eso me rebelo.
Mientras el mundo sigue girando, escribo sobre una rueda.
Escribo y escribo y grito
aunque ahora nadie me escuche,
porque mientras haya aire habrá eco,
mientras haya personas, habrá esperanza,
mientras haya vida habrá muerte.
Y el ser humano es inmortal
mientras sus ideas y acciones
sigan girando por el mundo.
Hola como va,hoy me subi a mi Peregrino de Sabiduria y sali a conocer nuevos amigos,asi llegue aqui,tienes un sitio muy bueno e interesante,me complace mucho recorrerlo,cuando quieras puedes pasar por casa,yo seguire pasando por aqui para disfrutar de este lugar tan agradable,mucha luz y hasta pronto...
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