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Mostrando entradas de octubre, 2010

A quien lucha incansablemente

No me pidas que apague mi sonrisa por el miedo al dolor, no me pidas que me esconda ni que corra,   no tengo más razón que el amor. No me pidas que me escape, que me oculte, la profundidad de tu voz me llama y se declara,   nada muere mientras persista en nuestro recuerdo tu alma. No me pidas que me niegue ni que acepte, no me pidas que no piense, soy guerrer@ de armas nuevas, yo sé pelear con los dientes y la garganta seca de estar abierta al viento en contra. No me pidas que lo diga sin sentirlo, ni que lo sienta sin decirlo, esta mañana he llorado pero ahora sonrío.   A Marcelino Camacho, un luchador. 

Poema privado

Cerrado al público, a las visitas guiadas, a las miradas curiosas, al cotilleo o a la investigación. Abierto a la inspiración, al momento de pasión, al descubrimiento o a la decisión. Poema privado de taciturnas sensaciones, cargado de movimientos tan perpendiculares como paralelos, semi circulares, circulares y profundos. Poema privado de indiferencia, ansioso, extenuado y vigente, síntoma de persecución de necesidad urgente. Poema guardado bajo la almohada, ilegible para quién no ama, incomprensible para quién reclama, inadmisible para quien obliga, incontrolable para quién exclama, incontenible para quién descansa, indispensable para quién lo encarna. Poema de intenciones reveladas, multiplicadas por las propias interpretaciones de las divagaciones de quien escribe desde su alma.

Síntomas

Creo que necesito un beso, un beso intenso y revelador que refuerce la debilidad de mi descanso y energice mi día con dulzura. Creo que necesito un abrazo, pero uno bien apretado y fuerte, que me llene de vitalidad y fortalezca mis ganas. Creo que necesito una mirada, una mirada que me dé seguridad y confianza, nobleza y generosidad. Creo que te necesito.

El paso del cojo

el paso se distrae y la emoción se dispara, los miedos se acumulan y las intenciones acaban. el paso se distrae y el sentimiento se empapa, las canciones lloran y las melodías escapan. el paso se distrae y la razón se espanta, voltea su cabeza y quiere dar la   vuelta, pero no hay vueltas, no hay regreso, no hay progreso, solo alarma… el paso se distrae y nadie más lo sabe, nadie más admite saberlo, sólo aquél que anda cojo cuando descubrió su propia trampa, sólo aquél que inventó la trampa.

Divago

Divago atrapada por una rama encarnizada clavada en mi brazo derecho, hundida en mi corazón, dispersada su salvia por mi sistema circulatorio. Divago echando raíces por la tierra dura, buscando el agua que se ha secado en las lágrimas que no supe llorar cuando murió la libertad. Divago en el recuerdo del río que recorrió mi sonrisa la última vez que te vi, la última vez que fui, la última vez que viví. Divago creyendo en algo que no sé, quizás en la utopía de ser, en la necesidad de ser en el pretendido oasis después de un camino desierto y vacío. Divago preguntándome por qué, por qué después de tanto tiempo una rama embiste mi brazo derecho haciéndome sentir la sed.

Dinero

No aparezcas ante mí como una caricia ni como una sombra a la que persigo cuán juego distraído. No disimules ni te pongas tintes, sé que finalmente tu color es sangre. No te hagas dulce ni sereno, eres el origen del infierno. No te lo creas, no persistas, aunque yo crea en utopías tú nunca estarás más cerca.

Viaje al fondo del mar

me voy de a poco, de a poquito me voy,  aunque siempre me quedo, también me voy el viento lo dice, el mar lo sueña, yo que fui gaviota en otra esencia me disfrazo de mujer para besarte las cejas, para acariciarte la boca, para acaparar tu lengua... el sol lo aclama, la luna te llama yo que fui estrella en otra vida me asimilo a una mujer para llevarte de viaje, para acompañarte en el oleaje, para escribir esta página... toma mi mano marinero, aunque ahora me parezca a una ola