Llámame cuando te encuentres con la Luna
un vagabundo a la orilla del río la vio y quizo atrapar su reflejo.
Desde entoces huyó,
nadie más oyo hablar de ella.
Llámame cuando descubras a la Luna
se asustó por la mirada de un hombre
nadie la había observado con tanta devoción.
Se sintió atrapada,
privada de su libertad por esa necesidad
de querer ser amada.
Se sintió desprotegida ante tanta fuerza,
él estaba demasiado cerca,
ella demasiado lejos.
Llámame,
llámame cuando la Luna regrese
me esconderé para que no me vea,
le escribiré poemas para que me recuerde.
Llámame cuando regrese,
echo de menos su color en el río.
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