Del otro lado del mar
el castillo sobre una roca mira
palpita, añora, busca a su amada
pero no aparece aquella ola
que alguna vez lo alejó de su presencia.
De este lado del agua
pregunta la noche al río
¿cuándo volverá?
¿lo tendré que salir a buscar?
La Luna se inquita en su reflejo,
se empieza a desesperar.
Entonces, cuando los primeros rayos de Sol toquen su sombra
la Luna sabe que lo verá,
por poco tiempo será,
pero sobre su pecho
el Castillo amanecerá.
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