Mi corazón llora
mientras mi garganta sangra
de tanto gritar.
Algunos intentan engañarme
haciéndome creer que soy libre,
que puedo elegir, que puedo andar,
que debo correr sin miedo,
sólo para darles la oportunidad de disparar.
Otras me aterrorizan
apuntándome la cabeza con una escopeta,
o desde lejos, un punto rojo indica mi frente,
me invitan a quedarme quieta,
a callarme y a obedecer,
a ser sumisa, preferiblemente tonta.
Por allí, entre los árboles,
alguien me hace señas.
¿Cómo alcanzarle sin moverme?
Mi corazón llora
mientras mi garganta sangra
de tanto gritar.
Y todas empezamos a gritar,
aturdiendo al enemigo,
no sabe lo que decimos,
sólo le molestamos
lo suficiente como para desaparecer
sin que se acuerde de nosotras.
Nos escondemos. Nos defendemos.
Sin violencia, con estrategia.
Nos preparamos. Nos preparamos.
La justicia está más cerca.
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