Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

No me quería ir

No me quería ir, estaba a gusto entre tus brazos, con tus manos en mi rostro, con tu sonrisa contagiosa en mi labios. No me quería ir, quería quedarme allí soñando despierta que seguías aquí, que las cosas irían mejor, que vendrías por mi. No me quería ir, no quería volver, estaba bien donde estaba, simplemente junto a ti. ¿Por qué? ¿Para qué? No me gusta ir a verte para que luego no vengas. No me gusta no verte, es como si no estuvieras. No me gusta ser feliz a medias. No me quería ir, pero tenía que volver. Es difícil vivir sin ti. Es difícil no saber que decir y simplemente recibir cuando lo que quiero es dar para que estés junto a mi. Es tan fácil hacerlo más difícil cuando lo único que tengo que hacer es perdonar.

Transferencia

La verdad es que no lo tengo claro... Tomé en mis manos las tuyas y creo que he fallado. Que te dí algo malo, sin intención de hacerte daño, sólo por haberme dejado llevar por el sonido acompasado de esa voz... Realmente no quise hacerte sufrir. Realmente es que no lo tengo claro... Pero has llorado. ¿Por qué? Posiblemente no se tratase de mi sino, como debía ser, de ti, de tus propios sentimientos y yo no interferí. Pero aun así, me siento culpable, extrañamente culpable por no saber que decir ni que hacer, por no preguntar, por no responder. Aunque en el fondo sé que el amor todo lo cura y que por ti solo siento amor, quisiera saber que pasó...

Lágrimas

Caen al suelo, antes por la cara, las manos y la ropa. Caen al suelo y explotan, resuenan en la boca y callan. Rotas, completamente extendidas, dilatadas, resbala así la pena agarrándose a la espalda afilada, a un sueño lejano, a un sueño brillante, blanco. Gotas aplastadas, atormentadas y grises, poco queda de la pureza de esa mirada.   No tengo palabras, sólo ellas que caen, chocan contra el tiempo, la vida y el miedo.

Descorazonada

Una invasión, una ocupación, una dominación que no he pedido, un dolor, una sensación indeseada que causa rencor. Me siento con el corazón pesado, cansado, agotado, amasado con fuerza y dureza, casi golpeado. Me siento triste y con rabia porque alguien ha interrumpido mi espacio mientras yo sentía compasión. Una decepción. ¿Exigencia o inexperiencia? Simplemente, un vacío.