Liviana, como una pluma que viaja sin límite por la tierra y, a veces, muy cerca del cielo. Pasan por ella aventuras y sueños, esperanzas, logros esenciales, momentos especiales, personas inolvidables. Densa, espesa, pesada se vuelve el alma cuando la oscuridad se clava en sus ojos, la mira tan profundamente que la deja indefensa, esclava. Entonces, todo lo bueno que pasa no alcanza, en vez de llenar, vacía, en vez de amar, olvida, en vez de guiar, tima. El alma está rota cuando en el espejo se mira y no encuentra nada. El alma vaga buscándose a si misma, puede que sea larga la senda pero sin duda se encontrará en el reflejo de una mirada pura que la ayudará a despertar. En el lago se ahogó Narciso. En el lago se reflejó el alma y vivió.