Liviana, como una pluma
que viaja sin límite por la tierra
y, a veces, muy cerca del cielo.
Pasan por ella aventuras
y sueños, esperanzas,
logros esenciales,
momentos especiales,
personas inolvidables.
Densa, espesa, pesada
se vuelve el alma
cuando la oscuridad
se clava en sus ojos,
la mira tan profundamente
que la deja indefensa,
esclava.
Entonces, todo lo bueno que pasa
no alcanza,
en vez de llenar, vacía,
en vez de amar, olvida,
en vez de guiar, tima.
El alma está rota
cuando en el espejo se mira
y no encuentra nada.
El alma vaga buscándose a si misma,
puede que sea larga la senda
pero sin duda se encontrará
en el reflejo de una mirada pura
que la ayudará a despertar.
En el lago se ahogó Narciso.
En el lago se reflejó el alma y vivió.
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