Si fuera poetisa

Me voy, me disparo como un cohete, me disperso como cenizas en el cielo... Hoy alguien ha venido a verme, ha saludado mis páginas, ha visitado mis lágrimas, me he hablado sin paradisíacas promesas incógnitas. Pero yo me voy, me escapo de la realidad, me confundo con el bienestar de la ignorancia concebida. Cierro los ojos, tapo mis orejas, ato mis manos, agacho la cabeza... Me voy, me evado de lo que hay, me escondo antes de que me vengan a buscar, me divido para que no me puedan encontrar. Bajo la tierra húmeda, recién caída la lluvia: fango, allí me lanzo, me camuflo y muero. Muero aunque siga respirando, como el resto del mobiliario de la casa, me mimetizo con la alfombra, desaparezco bajo la cama. Muero mientras tu sigues luchando.

Yo sueño con el mar, con su olor y sabor salado, con su textura en mis manos, con su color. Escurridiza arena que se enreda entre mis dedos, hunde sus granos en mi piel, casi pincha. Yo sueño con el mar, con sus brazos sobre mis hombros, con su beso en mi pelo, yo sueño con sus ojos. Mar, bendito mar, mezcla de océano y paz, ola que trae algo más que simplemente agua.

No te pongas triste, las flores también mueren, pero así como mueren también nacen y son hermosas, hermosas casi tanto como cuando las miras. No te pongas triste, las mariposas también mueren, pero así como mueren también nacen, llenas de colores, más que los arco iris y las flores. No te pongas triste, los peces también mueren, pero así como mueren también nacen, y son vivaces, más que algunas preguntas que haces. No te pongas triste, las personas también mueren, pero así como mueren también nacen y son únicas, más que las mariposas, los peces y las flores.

Hacerlo bien, creer y hacer, luchar convencida, saber, así como cuando salen las letras mejor o peor pero siempre del apasionado corazón. ¿Pasión? ¿Necesito pasión? Sí, necesito buenas razones y un motor despertador de mis mayores anhelos... Necesito emoción, discusión y sobre todo amor, vocación, esa fuerza invencible ante cualquier temor. Necesito de mi, despierta y atenta a esta revolución.

Es cierto, me emociona, toca el alma una lágrima desconcertada, que sin saber estaba esperando el pistoletazo de salida después diez años para recordar tu cara y escurrir una mueca callada. Es cierto, me emociona, no sé si llega a ponerme triste, quizás sí, pero mi sonrisa está incompleta sin ti tal como la tuya la última vez que te vi. Es cierto, me emociona, intento contener la boca torcida y la lágrima traviesa pero el nudo en la garganta me atraviesa y ya no quiero hacerme la dormida. Ha pasado mucho tiempo y es inevitable llorar, cuando deseo compartir contigo mi vida, y al mismo tiempo sentir que no he cambiado mucho más.

Pedacito de rostro dormido, mano tiesa y tristeza de oído, dame una palabra para saber que sigues conmigo... Canto callado y ojo dormido, cara caída ante el ruido, impasible, casi tranquilo, dame una mirada para saber que sigues conmigo... Cuerpo cansado, cobijado en su nido, arropado de frío y calor descontrolado, ventilado por momentos, desconcertados todos los sentidos, dame una caricia para saber que sigues conmigo... Sonrisa incompleta, incompleta sonrisa, yo no tengo fuerzas para dejarte solita.

Yo no soy tu espada, ni tu arma contra la vida ni tu tormento... No soy tu olvido, tu perdón ni tu fracaso. Soy tu fantasma, la que te sigue y persigue hasta que quieras escucharla no para ser tu pesadilla sino tu calma. Estoy ante ti y no puedes verme, pero sabes que estoy aquí, presente, te asusta reconocerme, simplemente porque no quieres tocarme ni abrazarme. Soy tu fantasma, no después de la muerte, tan sólo un espíritu inconforme que no se reconoce en su uniforme de protestante de la vida. ¡Protesto, si!

El tiempo pasa y se disfraza. Se disfraza de sonrisa, se pone una máscara y la sola idea de su engaño me espanta. Se disfraza de poesía, de sueños y alegrías, mientras la vida fracasa. Se disfraza de verdad, de reflejo, se pinta de esperanza, me destroza el alma cuando descubro su farsa. Se disfraza de ti, cabello blanco que pasa, se descubre en noches largas, en las que brilla tu lágrima y digo basta.

Por pedir, se puede, de ahi a que me lo den o "me den", es solo una palabra menos, pero yo pido. Pido cordura, coherencia y humanidad, pluralidad, acuerdo y humildad, pido respeto y buena voluntad. Parece simple, normal, pero lo común es lo contrario, no quiero honorarios por favores cuando deberíamos tener las mismas oportunidades para lograr nuestro bienestar. A diario se ve, se escucha, y no hay una persona que se salve, ni siquiera yo, inestable, que lucha por tener ventaja, en este mundo maleable al antojo y gusto de algunos. ¿No hay suficiente o está mal repartido? ¿Quién distribuye? No sé, yo pido honestidad y autocrítica, no hace falta más que levantar la cabeza, para ver que está atascada la vecina orilla y que llega, viene, toda esta injusticia repetida. Y es que "el que la hace, la paga", tarde o temprano, no es karma, es ley de vida.