¿Y si escribes un sueño? Se repite el miedo en la misma esquina que nos abandonó la última vez, y vuelve, en forma de recuerdo acordonado por las esperanzas que solían hacernos mejores. ¿Y si escribes un sueño? Lo envuelves entre letras y lo empapelas en un cuaderno con olor a rosas, lo lanzas al cielo, cual pájaro que alcanza el vuelo. ¿Y si escribes un sueño? Lo pegas en una pared, como post- it, recordatorio que no hay nada que temer.