Si fuera poetisa

Ven, mírame a los ojos y ven, haz de mi tu transporte, te llevaré en la mirada no importa si en coche o en tren. Estarás en cada reflejo y en cada ser, pues serás espejo, ventana y luz. Ven, mírame a los ojos y ven, solo quiero que me acompañes, saber que estaré bien pase lo que pase.

La escultura de madera cae al suelo, se rompe y a su vez, yo me rompo con ella.

Te espero como se esperan las sorpresas, los regalos que llegarán pero no sabemos lo que son hasta que los descubren nuestros sentidos. Te espero como se esperan los momentos, los instantes imborrables, las sonrisas y los llantos, los cambios, la vida. Te espero como se esperan los descubrimientos, algo que buscaba hace tiempo y no sabía dónde estaba ni cuando llegaría (sigo sin saberlo exactamente). Te espero como solo sabe esperar mi esperanza: con amor, entrega y locura. A mi pequeño garbancito

Camino descalza en la noche, beso la luna en un verso, callo el silencio con un recuerdo.  Voces en la mente interactúan constantemente buscando la expresión final que eternice el momento. Voces en el papel, voces que suenan en tu voz cuando por fin las lees. Voces en el horizonte trozos de nostalgia y viento, gritos al lado del mar que me recuerdan el sonido de las olas.

Tu allí,  yo aquí, cada uno en su escenario, siendo uno mismo o un personaje inventado, construido para el espectáculo. Para ser platea o protagonista, cada uno por su lado, sin sentido cuando falta la mirada del otro. Tu allí,  yo aquí, parece que la magia se rompiera si te conociera realmente, serías más tangible,  más humano.

Entre páginas busco tu nombre, una pista, un recuerdo, un pedazo de historia, un momento alegre. Hojas escritas de memorias, de sueños,  de deseos, locuras incendiarias o sensateces milenarias. Negro sobre blanco palpita la vida inerte que dejó tu paso rebelde. Entre páginas te busco, a veces te encuentro, a veces te pierdo quien viene tarde desconoce el origen pero gana la visión de la distancia. Hojas escritas, palabras contadas, vivencias de gloria, de muerte, de ruptura, quedan tantas fosas que solo se puede pedir justicia.

De vueltas y revueltas... Momentos grandes, emocionantes, únicos, casi inexplicables, hechos de sensaciones, descubrimientos y sueños. Momentos negros, tristes, difíciles, angustiosos, hechos de sentimientos, dolor y miedos. De cuentos y de vida... Momentos de caricias, de reconocimiento, de ternura, de complicidad y un toque de locura. Momentos de distancia, de soledad, de tiranía, de preguntas sin respuesta, de autocrítica. De vueltas y revueltas, de volver a cero, de resetear la autoestima y recuperar la sonrisa en el reflejo de tu mirada.

Empiezo a descubrir la vida, como transita el cambio, como evoluciona la caricia... Empiezo a sentir, poco a poco, como se transforma el silencio en la más dulce melodía... Empiezo a explorar, cada día un poco más, como te sientes en mi barriga. Movimientos, tranquilos movimientos que colorean mi día, que dibujan una sonrisa, que calman mis angustias, mis dudas y mis miedos. Mi pequeño garbancito, das luz a mis días...

Camino árido, rocoso, de luces claras o difusas, camino de barreras confusas que no esperaba encontrar. Camino nuevo, inexplorado, diferente. Camino espontáneo o planificado, con senderos nuevos inimaginados. Camino de desafíos, de esos que al principio asustan pero luego motivan. Camino de logros, camino rocoso que sabe a progreso cuando de tanto insistir se obtienen resultados. Camino vital, esencial de búsqueda inicial, de desarrollo y final. Camino que he andado, creado, luchado, camino personal del que me siento orgullosa.

No sé si existirá "el arriba y el abajo" allí donde estás. Si escucharás las voces, si entenderás las palabras, si sentirás mi latido, si bailarás conmigo. No se si existirán direcciones y sentidos, ni siquiera normas, todo sucede por sí mismo. No sé, aunque puedo imaginarlo. Saber que compartimos un espacio más allá del tiempo, más propio de la vida, me hace creer que sí, que somos y tenemos una esperanza en común: nacer.