Así me siento ante la inspiración: indefensa. ¿Qué contar, qué decir? Sólo busco un papel, un lugar donde escribir, y soltar allí todo lo que evoluciona dentro de mi, dejándolo plasmado de la mejor manera posible, con la mayor humildad sensible. Indefensa ante tanta inquietud, necesidad de desahogo, asfixia, lágrimas, dolor... Indefensa ante ti, ante mi, casi atrevida por osar escribir sobre algo que percibí pero que en principio no me pertenece, ¿quién soy yo para decir? Indefensa, simplemente indefensa, tanto que no me acompleja admitir que soy culpable de sentir, un poco también de vivir lo que te pasa a ti a través de mi en un verso.