La línea de nuestra vida, de la tuya y de la mía no es la de mi mano sino la que está debajo de mi tripa. Una línea irregular, gruesa, ancha, profunda, carnal, una línea única, especial. La línea de nuestra vida. La que comenzó cuando naciste, la que siempre estará allí para recordar de donde vienes y donde siempre podrás volver. La línea de nuestra vida, la raya entre antes y después, la sonrisa cicatrizada, la eterna morada del amor, del amor más puro entre tu y yo. Te amo hijo.