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Fragmentos


sobre la hoja de un árbol vi unas notas de música
y pensé que las llevaría el viento,
la brisa no llegó,
la tormenta no apareció,
sólo quedó el silencio esperando la voz
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si tomo una canción y la traigo a tu oído
no pensarás que he sido yo,
ni siquiera lo adivinarás, pues no existo,
soy tan sólo el eco de tu pensamiento
mezclado con la emoción,
eso es la inspiración,
el secreto que cada uno de nosotros
haya descubierto en la entrega de amor
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a veces pasa y puedo atraparlo,
aunque sea extraño ser poseedora de su visita,
acaricia las manos y las teclas,
luego desliza su ternura en palabras,
¿Quién sabe si volverá?
¿Quién sabe si me hablará?

Mientras, disfruto su compañía
pues es una bendición
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aunque tal vez me vaya antes de que vuelvas,
sin saberlo el tiempo es simultáneo:
pasado, presente, futuro.

Soy un mal ejemplo de monólogo,
un castigo para mi corazón hablar solo,
él mira inquieto como vuelan los pájaros
y se cree uno más, pero no es libre,
nunca lo será,
por lo menos hasta que descubra su propia luz

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