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Sin tristeza, sin pena, sin dolor... con coraje.

Volver a empezar,
juntando las piezas que no encajaban antes
y encontrando nuevas,
viendo el conjunto de lo que queda,
recobrar la esperanza en el final,
que es ante todo un principio.

Sin tristeza, sin pena, sin dolor... con coraje.


Todo comienzo es un final,
un dejar atrás a algo o a alguien,
y eso sorprende porque uno quisiera llevarse todo puesto
o mandarlo todo muy lejos.

A veces para que no duela me olvido,
a veces para que no duela me acuerdo
y aveces me quedo, no me voy.

La cuestión es que debo partir,
es hora, es mi hora.
Simplemente lo sé, esas cosas uno las siente adentro,
como si se muriera un poquito para luego estar más fuertes
y amar más puramente, de forma más madura,
actuar de modo más coherente, más consecuentemente.

Volver a empezar, por otro camino,
no olvidando jamás lo que fuimos,
teniendo siempre presente lo que queremos
y sabiendo quienes somos.

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