Ir al contenido principal

Algo así


Trato de ser yo misma y no poner cara de espanto cuando descubro nuevos fallos, forman parte de la naturaleza humana.
Hace varios días que no escribo ni que dirijo la palabra. Estoy atrofiada por la excusa de la búsqueda de soluciones y el resultado de maltratos.
Hace días que no hablo. Mis labios están pegados y no recuerdan la sensación del aire ni de las cuerdas vocales. Mi lengua está petrificada, mis dientes plastificados.
Mi rostro oscuro, mis ojos rojos por falta de sueño. Ni cerrados los párpados protegen ya del polvo que entra por la ventada oculta tras unas cortinas atascadas.
Mis manos pesadas, mis dedos duros, mis uñas largas no alcanzan las letras del teclado y resbalan como resignadas al abandono.
Trato de ser lo que en realidad soy. Habrá que despertar.

Comentarios

  1. amiga rosalie ante el maltrato no debe haber trgua ni pausa ante el maltrato debe haber lucha condena y freno,tampoco tengo la mente clara para escribir un poema pero mi sangre hierve como un volcan mis ojos fluyen como las cataratas, mi alma se encoge como el plastico ante el fuego pero renazco de mis cenizas para protestar y se puedo evitar que haya un maltrato mas, aveces pienso que mis pakabras van en un saco roto,recapacito, y digo con que haga pensar un poco aun solo un maltartador para frenar su parparie habre alcanzado el exito cuenta conmig en tan noble causa

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por pasar, comentar y sugerir!

Entradas populares de este blog

La isla blanca

Al otro lado del río que muere los pájaros se reúnen para dormir. Se alborotan con la llegada de cada nuevo huésped y tardan en acomodarse, en agruparse equilibradamente, pero cuando lo consiguen una isla de flores blancas parecen. Y luego llega el atardecer que pinta de naranja, de rosa, de morado, el lienzo blanco y el verde del suelo asoma, casi por descuido u orden divino, perfecto equilibrio de naturaleza y color. Isla blanca, isla viva, quién niega tu belleza definitivamente no entiende nada, quién deja morir tus orillas es una pobre alma que confunde la riqueza con el valor. Isla blanca de pájaros sabios, traed a más amigos para que podamos devolver la vida a nuestro río, a nuestro Tajo querido que tantas bocas alimenta. Isla blanca de mis noches negras, que la Luna ilumine vuestro canto y cuando llueva sea la tormenta vuestra verdad para que arrastre toda la mezquindad hoy nos crucifica.

Mereces ser amada

Mereces ser amada no tienes que hacer nada. Sonríe, sueña, vive,  llora, calla, vive,  grita, suelta, vuela, vive.  Nada. No tienes que hacer nada.  Baila, como bailan las notas de la guitarra,  del piano, del chelo, del arpa.  Camina, corre, sin pausa, sin prisa,  sin ganas, con ganas,  con esperanza, desesperanzada.  Pero que sepas que no tienes que hacer nada. Mereces ser amada,  como se aman las almas,  los duendes, las hadas,  la realidad y la fantasía.  Como se aman las flores, los ríos,  los bosques y las sorpresas.  La sorpresa de ser tú misma,  la que brilla con luz propia,  con alegría, con tristeza,  con rabia, con asco,  con miedo,  con luz y oscuridad.  Eres dueña de tu vida,  no tienes que hacer nada  para merecer ser amada.  Abre los ojos, mírate,  eres tan valiosa  que nadie te haga creer que eres una farsa.  Eres real, eres a...

La letra que quiere vivir

Estoy pensando en voz alta, o mejor, en voz escrita. La letra busca su oído y su boca, su pregunta y su respuesta. Escapa de la mente sedienta, del corazón chiquito y estrujado, de las manos secas y las uñas rotas. Se va de mí. La palabra se hace distancia en la cercanía del olvido, se envía por correo ordinario, en lo virtual de un zumbido en lo que pido. Se va de mí. La oración se encadena a aquél pensamiento, a una esperanza de otro tiempo, hace ya muchos años, obsoleta, desactualizada e inocente. Se va de mí. Esta es la carta que esta tarde escribo en voz alta por última vez, para el descanso del alma.