Me preocupa preocuparme
y no hacer nada al respecto.
Ocuparme sería lo correcto,
aunque despreocuparme es el resultado.
En la pesquisa de una angustia
alejada de la cotidianeidad
y apegada a una fantasía sublime de libertad
te llamo lejos, cerca,
incesante probando distancias y enfoques.
Me aproximo al vacío,
encendida está una vela en esta penumbra.
Vacía, aferrada a mí
una mochila imaginaria de valores humanos
que quisiera fueran sinceros y eternos
cojo la raíz del árbol que cuelga flojo, esperanzado…
Me inquieta tanto la propuesta
como la mutante posición del infierno.
¿Es de dónde vengo o adónde voy?
Desembolsillo mis ojos rojos, mis lágrimas
y me olvido de mi corazón.
Dejo al desnudo este sentimiento confuso
de emoción y resentimiento. Esta duda…
Me aproximo al pantano que tragará mis angustias
y nunca me dejará salir.
Me fastidio un pie atrapada en esa colgadura
de la que tuve que saltar para llegar al suelo.
No es salvación, sólo retraimiento.
Hambrienta, sucia y corroída
está la última página de mi diario.
La he leído tantas veces con la idea
de que así nunca llegaría el final.
Pero aquí estamos, frente al pantano.
¿Debo esquivarlo, volar
o dejarme engullir por su avaricia?
Me preocupa preocuparme
y no hacer nada al respecto.
Ocuparme sería lo correcto,
aunque despreocuparme es el resultado.
Demasiado pensamiento anula la acción, creo que eso nos pasa muy a menudo. Deberíamos detenernos a pensar sólo lo necesario. Hermoso poema. Estoy ansiosa por leer el siguiente. N.M.L.
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