La pasarela de la sinceridad está vacía frente a mí.
La nada que es todo trasluce la verdadera intención del olvido,
de la melancolía, de la falacia en la búsqueda de amor.
Yo sólo espero tu mensaje, tu señal de humo, tu canción.
Tu silencio no me basta, hoy no lo entiendo.
Mi capricho no es tenerte sino que te sientas mío:
amado, deseado, siempre presente y al abrigo,
sin dudas pero sí con inquietudes.
Así es como me afirmo contigo.
Me quedo sentada a la orilla del desfile de sentimientos
que yo también debería estar expresando
y así decirte lo que cargo dentro.
Paralizada por la falta de comprensión de mis propios actos,
de mis anhelos, de mi inseguridad
me anticipo a la salida por no ser lastimada otra vez
por una mentira fabricada por mi mente.
¿Qué tengo en el alma? ¿Qué me hace intuir que me amas?
¿Qué me atemoriza de que yo también lo haga?
La pasarela está vacía y yo estoy desconcertada.
Creo que me oyes en esta multitud de preguntas,
que lo sabes pero lo ignoras.
Tengo la esperanza que lo leas
aunque estás lejos en este ruido muerto.
Me petrifica que descifres mis palabras a medias
o que ni siquiera rocen tus labios al interpretarlas.
A ninguno nos vale un amor inseguro,
que sólo sabe vivir con aparatos,
artificialmente comprometido.
Aunque lo perciba tan profundo
sin respuestas no hay cariño,
aunque me convenza de ser puro la distancia lo limita
porque no hay mirada que lo exprese
ni cotidianeidad que lo contraste.
http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-29682
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