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De paso por el mundo


Soy  parecida a una pregunta, a una inquietud que se inyecta en los ojos y en la lengua, deja un sabor amargo y salpimentado cuando alguien quiere mi atención pero no entiende mi corazón y exilia mi abrazo.
Estoy atrapada y  soy libre en la angustia de instantes eternos y frustrantes que siguen pidiendo solución, de metas a largo plazo que no tienen visión ni contenido solo una palabra: voluntad.
Viajo con un mapa antiguo que esconde túneles cerrados y derruidos. Nunca son atajos, solo un retraso inventado por el enemigo que se esconde en uno mismo.
Sigo buscando. Aparezco en la luz. Tengo esperanza, busco motivos y acaparo el micrófono tapándome los oídos. No tiene sentido.
Voy contramano en una calle de un solo carril, dispuesta a atropellar a quien se me enfrente, pero eso no dura mucho. Creo en el diálogo y en la construcción en equipo, doy marcha atrás, pero alguien ha pensado lo mismo que yo. Estoy  apresada en el callejón.
Alguien dice mi nombre.

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