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Baño de besos

Si cantas conmigo no me puedo negar.
Entre esquemas distintos y poco cotidianos
me llama un suspiro suplicando mi atención.

El calor en mi cuello te delata cercano, profundo.
Palpitante la ilusión me obliga a cerrar los ojos,
me hace jadear deseando más, exigiendo más
porque sabe que me lo vas a dar.

Ya ni tengo principio ni tengo final
porque estás más allá de lo que puedo distinguir,
ilimitado, infinito, indeterminado.
El tiempo no pasa, vive.

Me asimilo a una ola que se mezcla con si misma,
con la arena y con el resto del mar.
Me parezco a una roca que es rozada
en constante fricción con el viento.

Sólo quiero gritar, llorar, despertar en tu dulzura,
en tu voz, en el cielo claro que trae más amor al amanecer.

No hay mañanas iguales.
¡Tus ojos son tan bellos! Puedo reflejarme en ellos.
Tus manos saben donde encontrarme,
reconocen cada movimiento, cada espacio,
cada necesidad, cada capricho de mi cuerpo.

Te recorro en los recónditos sitios que sólo yo poseo,
que me has mostrado sólo a mi.
Corazón entregado hasta el último milímetro de voluntad.

Yo creo en las estrellas,
aunque estén a miles de años luz
y ya hayan desaparecido.

Si cantas conmigo no me puedo negar.
Quiero bañarme en tus besos
y en tu piel ponerme a secar.

Escuchando “Fusión” Jorge Drexler

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