Ir al contenido principal

El río sigue pasando y siempre llegará al mar

Pienso en la distancia kilométrica que nos separa,
en lo difícil que es conversar o encontrarnos,
en escribirnos una carta, en poner en común la voz.

¡Tengo tantas ganas de escucharte!

Pienso en la distancia kilométrica que nos separa,
en esa ausencia que aumenta, en ese vacío que dispara sin medida,
ahí, donde más duele, en esta soledad que se multiplica
cada vez que no sé nada de ti.

¡Tenga tantas ganas de escucharte!

Pienso en la distancia kilométrica que nos separa.
¡¿Por qué no me lo dijiste?!
¿Por qué te callaste y te tragaste tu pena,
tu esperanza de que no me fuera,
tu piel fría, tu corazón herido?

¿No pensaste que yo necesitaba oírlo,
oírte decir que me querías, que era importante para ti?
¿No pensaste que yo necesitaba sentirlo,
estar segura de que el nudo en la garganta no era solo mío?

¡Tenga tantas ganas de escucharte!

Pienso en la distancia kilométrica que nos separa,
en la irremediable desaparición de lo que fue,
en una despedida sin palabras, en un dejar pasar y morir.

Me pregunto si todo ese sufrimiento habrá valido la pena
y sólo me queda una certeza:
El río sigue pasando y siempre llegará al mar.

Leyendo “Nadie mojaba el aire” Antonio Gala

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mereces ser amada

Mereces ser amada no tienes que hacer nada. Sonríe, sueña, vive,  llora, calla, vive,  grita, suelta, vuela, vive.  Nada. No tienes que hacer nada.  Baila, como bailan las notas de la guitarra,  del piano, del chelo, del arpa.  Camina, corre, sin pausa, sin prisa,  sin ganas, con ganas,  con esperanza, desesperanzada.  Pero que sepas que no tienes que hacer nada. Mereces ser amada,  como se aman las almas,  los duendes, las hadas,  la realidad y la fantasía.  Como se aman las flores, los ríos,  los bosques y las sorpresas.  La sorpresa de ser tú misma,  la que brilla con luz propia,  con alegría, con tristeza,  con rabia, con asco,  con miedo,  con luz y oscuridad.  Eres dueña de tu vida,  no tienes que hacer nada  para merecer ser amada.  Abre los ojos, mírate,  eres tan valiosa  que nadie te haga creer que eres una farsa.  Eres real, eres a...

Corazón oscuro

Una parte de mi corazón  se acaba de apagar, quizás siempre lo estuvo y me acabo de percatar. Es extraña la sensación, estoy en observación, por una parte, quiero llorar, por otra, quiero celebrar. Una parte de mi corazón  se acaba de apagar, y no sé cómo reaccionar, quizás no tenga que hacer nada  y descansar, simplemente sentir el dolor o quizás la abrace para volverla a iluminar. La miro con desconcierto, con estupor, casi desprecio siento en mi interior. ¿Por qué se apaga? Si yo sentía amor.

No estás sola

No estás sola, a mí, a veces, también me pasa, esa sensación de flotar en el aire y no tener alas, de creer que la vida se me escapa mientras despliego mi mapa buscando el camino de mi alma. No estás sola,  a mí, a veces, también me pasa, que se me corta el aliento, que el corazón se me para, que la vida pasa, mientras yo miro como si fuese de otro planeta. No estás sola, a mí, a veces, también me pasa, me pasa que no quiero, no puedo, no entiendo, ¡que ya basta! y debajo de esa nube que distraída empapa yo encuentro alivio, esperanza... No estás sola,  a mí, a veces, también me pasa, me pasa que no encuentro motivo, sentido ni razón para seguir en casa, me cansan las presencias, las ausencias, las verdades, las mentiras, me agobian las preguntas, las respuestas, el ruido, el silencio, la humedad y el tiempo... no tengo ganas de seguir tejiendo... No estás sola, a mí, a veces, también me pasa, que me comen los miedos, que me imponen los juegos, que me angustian los...