Ir al contenido principal

Oración a la Tierra

Te veo asomarte al mundo, despacio, calmo,
brote de pureza que aparece
con ese particular cambio de estación,
que florece, se expande, y luego perece.

Te observo desde el puente.
Estás tan lejos de mi
pero yo te siento tan ceca… tan dentro.
Te admiro por tu fortaleza y grandeza.
Sólo puedo imaginarme contigo
probando el aire desde tu cima,
deleitarme con el paisaje
que ofrece tu punto de vista,
amarte más cada día.

Sonrío por dentro y por fuera, respiro.
¡Qué bonito es sentir! Existir.
Explorar lo que está más allá
de lo que puedo siquiera tocar o imaginar.

Soy ave, soy aire, soy molécula, soy átomo.
Mi cuerpo no me encierra sino que me lleva,
me comunica con el mundo,
es mi canal, mi medio, mi mensaje.

Te escucho en este silencio
simulado creado por mi paz.
Te oigo. No puedo evitarlo y lloro.
Eres tan hermosa, tan clara. Te quiero.

No tienes oídos, ni ojos, ni nariz, ni boca,
ni hombros, ni brazos, ni manos,
ni piernas, ni pies, ni pecho,
pero tienes corazón, tienes vida
y sin ese detalle de humanidad
me abrazas porque eres naturaleza y eres santa.

Eres madre, padre, hermana, hermano,
eres hija, hijo, amiga, amigo,
eres esperanza porque eres amor.

Tengo miedo.
No quiero que mueras.
No quiero que me mates.
Quiero protegerte Tierra.
Necesito cuidarte y amarte.
Por favor ayúdame a respetarte
y a llevar tu mensaje.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La isla blanca

Al otro lado del río que muere los pájaros se reúnen para dormir. Se alborotan con la llegada de cada nuevo huésped y tardan en acomodarse, en agruparse equilibradamente, pero cuando lo consiguen una isla de flores blancas parecen. Y luego llega el atardecer que pinta de naranja, de rosa, de morado, el lienzo blanco y el verde del suelo asoma, casi por descuido u orden divino, perfecto equilibrio de naturaleza y color. Isla blanca, isla viva, quién niega tu belleza definitivamente no entiende nada, quién deja morir tus orillas es una pobre alma que confunde la riqueza con el valor. Isla blanca de pájaros sabios, traed a más amigos para que podamos devolver la vida a nuestro río, a nuestro Tajo querido que tantas bocas alimenta. Isla blanca de mis noches negras, que la Luna ilumine vuestro canto y cuando llueva sea la tormenta vuestra verdad para que arrastre toda la mezquindad hoy nos crucifica.

Vengo de fuera

Desde que llegué me lo han preguntado: con palabras, con gestos, con silencios, con indiferencia, con interés, con curiosidad. ¿De dónde vienes? Y muchas veces tengo ganas de responder así. Vengo de lejos, de una tierra que quizás no conoces, de una tierra a veces demasiado fértil y más vieja de lo que imaginas. Vengo de una tierra generosa y maltratada, enjuiciada por sus propias gentes y por aquellos que se creen sus dueños. Una tierra acusada de sequías y guerras, separada del mundo real, de lo habitual que puedes tocar o incluso entender. Vengo de una tierra grande, verde y azul, de una tierra amarilla ocupada en forma de desierto, de un lugar en el tiempo abandonado al olvido salvo para aquellos que se interesan por sus recursos. Vengo de una tierra fotografiada, visitada y consumida, materia prima de ironías. Vengo de lejos, de una tierra que no es fácil de explorar porque intenta hacerse respetar. En el imaginario de la tierra prometida de oportunidades y soluciones mi lle...

No quiero despertarme

Te miro mientras duermes y disimulo sonidos. Sé que sabes lo que hago, pero es divertido, es nuestro juego matutino. Sonrío mientras te veo soñando, en algún momento tus párpados cambian de ritmo y sé que me he delatado. Sigues un rato con los ojos cerrados como pidiéndome que te despierte con besos enamorados, de esos suaves y dulces que nos dejan embelesados con ganas de más. No quiero despertarme antes, sé que también tienes tu ritual. Pasas tus dedos por mi cara a tan corta distancia que crees que no las siento, pero es imposible escapar a tu calor y tampoco lo intento. Entre amaneceres, abrazos, caricias, mimos, silencios… Entre ronquidos y labios secos que piden refresco del bueno. Entre vueltas derechas y de revés…Entre arribas y abajos. ¿Qué puedo decir? No quiero despertar, me gusta imaginar que estás dormido cuando en realidad jugamos al amor con todos los sentidos.