Ese lugar lo conozco yo,
tan sólo mío es el secreto de tu vocación.
A diario tomamos clases de amor,
probamos nuevas formas de compartir,
de poner en juego la inspiración.
Somos estudiantes dedicados,
nos esforzamos pero notamos que siempre
nos quedamos con ganas de un nuevo sabor,
estamos ávidos por conocer lo mejor.
Los cursos no tienen horario fijo,
ni aula determinada,
nadie enseña, somos dos aprendices.
Ese lugar lo conozco yo,
tan sólo mío es el secreto de tu vocación.
Clases particulares y personalizadas,
adecuadas a nuestras necesidades, a nuestros antojos,
nadie obliga nada, esa es la manera más provechosa de aprender.
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