Amaneció, desde mis hombros tocó tu voz mi oído
y dije que no, que era temprano y quería dormir,
entonces te quedaste besando mi mejilla
y no pude más que sonreír.
Amaneció, desde mi mejilla se fue a mis labios
y de allí se escurrió, pasó por mi cuello
y se depositó en mi pelo, no pude más que sentir.
Amaneció, desde mi pelo bajó a mi nariz
y después se quedó en mis ojos,
me encandiló, y no pude más qué decir:
¡Está bien! Es hora de partir.
Poético amanecer, buen poema
ResponderEliminar