Estoy pensando en voz alta,
o mejor, en voz escrita.
La letra busca su oído y su boca,
su pregunta y su respuesta.
Escapa de la mente sedienta,
del corazón chiquito y estrujado,
de las manos secas y las uñas rotas.
Se va de mí.
La palabra se hace distancia
en la cercanía del olvido,
se envía por correo ordinario,
en lo virtual de un zumbido en lo que pido.
Se va de mí.
La oración se encadena a aquél pensamiento,
a una esperanza de otro tiempo, hace ya muchos años,
obsoleta, desactualizada e inocente.
Se va de mí.
Esta es la carta que esta tarde escribo en voz alta
por última vez, para el descanso del alma.
Me gusta como tu texto da fuerza a la palabra, ese vehiculo de sentimientos...
ResponderEliminarInteresante tu blog.
Saludos ;)
Hola vecina. Ha sido grato encontrarme con tus poemas y degustarlos lentamente al ritmo lento de los pequeños sorbos de mi café matutino. Regresaré.
ResponderEliminarSaludos, desde aquí al lado.
Antonio
Por cierto, olvidé comentarte que me he tomado la libertad de añadirme como seguidor. Espero no molestar. Gracias.
ResponderEliminarAntonio
Gracias por tus lindas palabras de los pensamentos en voz alta. Siempre es un placer visitar tu blog
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