El músculo se retrae,
se cansa el párpado,
se vuelven acuosas las pupilas,
se mojan las mejillas.
Me duelen los ojos,
la pantalla,la luz de mediodía.
Me duele la noche
y el eco de la música repetida
que no me deja dormir.
Me duele la vista,
ni siquiera el alma duele tanto,
duele la sustancia de la vida,
esqueleto de la esencia
que nos hace caminar.
Me duele la fatiga,
la ilusión tenida.
Me duele el comienzo y el final,
la mentira reinicia
como cuando se resetea el ordenador de mesa
después de un apagón.
Me duelen los ojos
pero aun queda mucho por ver.
Por suerte, la tristeza es pasajera y en tus dos últimos versos dejas entrever, que aún te queda mucho por ver
ResponderEliminary así debe ser.
Espero que lo que te queda por ver te provoque sentimientos de felicidad y alegría.