Desdén,
yo vi en tus ojos un día el edén,
una infancia feliz,
un recuerdo de pie.
Desdén,
tu piel era tan suave que parecía satén,
tus labios tan alegres que sabían bien,
hacían conjunto ideal y de miel.
Desdén...
¿Cuándo te volviste desdén?
Si las palabraa tocan
y tu sabías cantar.
¿Cuándo fue?
Si las palomas no lo creen...
¿Por qué te bajaste de aquel tren?
Desdén,
no quiero ser tu desdén,
mírame bien y dime lo que ves.
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