“Ella me daba la mano y no hacia falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.” - La tregua- Mario Benedetti.
Como la primera vez que usted tocó la mía, aquel 11 de abril, en aquella siesta improvisaba bajo aquél árbol, al lado del Río Tajo, en Talavera de la Reina.
Bajo su mano la mía palpitaba, sentía, era feliz, como el mayor regalo que la vida podría darme, su calidez...
Con la pureza del árbol en mi espalda y la tranquilidad de su cabeza apoyada en la mía..
¡Hay días que me hace tanta falta!
Su mano, su mano, ésa que calma todas las cosas, que hace la rutina indiferente a la monotonía, que traspasa la piel y se mete en la carne, en la sangre y llega al corazón.
Su mano, su abrazo, su beso, su mirada, no puedo vivir sin su retrato cada día al lado de mi cama.
TE AMO
Como la primera vez que usted tocó la mía, aquel 11 de abril, en aquella siesta improvisaba bajo aquél árbol, al lado del Río Tajo, en Talavera de la Reina.
Bajo su mano la mía palpitaba, sentía, era feliz, como el mayor regalo que la vida podría darme, su calidez...
Con la pureza del árbol en mi espalda y la tranquilidad de su cabeza apoyada en la mía..
¡Hay días que me hace tanta falta!
Su mano, su mano, ésa que calma todas las cosas, que hace la rutina indiferente a la monotonía, que traspasa la piel y se mete en la carne, en la sangre y llega al corazón.
Su mano, su abrazo, su beso, su mirada, no puedo vivir sin su retrato cada día al lado de mi cama.
TE AMO
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