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Echo de menos

Echo de menos sus manos,
esas que me calman, me consuelan,
esas que me acogen, me aman,
esas que me salvan de mi misma,
que me rescatan de mis dudas,
que me traen de regreso a la Tierra,
esas que me regalan la más hermosa caricia
tan parecida a un beso...

Echo de menos su abrazo,
ese que me contiene y me hace más fuerte
y ese también que sorprende,
que viene de repente a entregarme
simplemente por la necesidad imperante
de sentirme más cerca.

Echo de menos su beso,
ese que va más allá del deseo,
ese que me mete en los huesos
y lo cura todo,
arrasa con los miedos
y trasmite confianza,
reconforta
y me hace sentir amada.

Y lo sé, así lo siento,
usted está hecho de tantos gestos
amables, tiernos y puros,
tan profundos y nobles,
que no sé como decirle
que yo echo de menos
eso otro tan suyo
que me hacía sentir que era tan mío...

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