Vuela mariposa, vuela
aunque tus alas pesen
y ahora tengas que parar,
quédate en la rama un momento
y vuelve a enamorarte de tu hogar.
Enamórate de la rama, de las hojas y del árbol,
del sonido de los pájaros y sus nidos,
del aroma de las flores
y de la sensación de vivir.
Enamórate de tu casa, de tu hogar
y lanza un beso a cada sitio
donde quieras viajar.
Fija tu ruta, es hora de marchar,
deja atrás la tristeza, el miedo,
tus alas te llevarán
porque tú sabes bien donde quieres llegar.
Vuela mariposa, vuela...
Vuela, vuela, vuela,
el cielo también es tuyo
como ha sido y es de los demás.
Y cuando sea hora de regresar a casa a descansar
recuerda darte las gracias por haberte permitido volar.
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