He visto el amanecer llegar,
sonreír en el infinito despacio y conquistar.
Fui un amanecer.
He oído el amanecer despertar
con cantos de pájaros,
ladridos de perros
y personas bostezar.
Sentí el amanecer.
He paladeado el amanecer
con los ojos abiertos,
lo pude abrazar.
He visto el sol expandir
y la luna retraer,
equilibrar el alma, coexistir.
Fui un astro.
He oído el sol crujir y la luna dormir,
transformarse al transcurrir el día.
Sentí un astro.
He tenido sed, he bebido agua
y he recordado la sabiduría del mar.
He visto las nubes florecer,
pintarse de rosa y desaparecer.
Fui una nube.
He oído las nubes llorar,
caer en tormenta y desahogar.
Sentí una nube.
He degustado las nubes
y las quiero volver a saborear.
Fui una estrella.
He oído las estrellas cantar.
Sentí una estrella.
He probado las estrellas en mi paladar,
cerrando y abriendo las manos
las pude contar.
He visto el día.
He sentido la noche.
He vivido la vida.
He caminado en la oscuridad.
Vine rota y vuelvo entera,
de la mano de la voz pude volar.
(Inspirado en el Retiro "La voz de tu corazón" de Míriam Bravo)
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