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¿Dónde está la reparación?

¿Cuándo se cura la vida?
¿Para qué se recuerdan los sueños?
¿Cómo se rescata la infancia?

¿Dónde está la reparación?

Los ojos se cierran,
los oídos hablan,
la boca calla,
la piel se rompe...

Del otro lado del espejo
la persona encoge y encoge,
la persona desconoce
dónde y cuándo,
cómo y para qué,
pero la mente inconsciente sabe,
y saldrá a buscarte.

¿Dónde está la reparación?

Las voces vuelven y vuelven,
hasta que las escuches,
los sueños se repiten, se repiten,
vuelven...

La tristeza y la rabia discuten
mientras el orgullo se esconde,
el miedo y el amor se abrazan,
mientras la alegría se marcha.

Dime, ¿dónde está la reparación?

Yo no quiero más castigo,
ni vergüenza, ni culpa...

Quiero aprendizaje, evolución,
quiero sentirme humana,
valiosa, importante,
quiero sentirme libre
sin tener que pedir permiso para respirar,
ni sentirme mal por hacerlo.

Quiero conversar, compartir,
contar, escuchar,
sentir, cantar, silbar,
tocar la guitarra y gritar,
gritar y llorar,
llorar lo que me pida el alma
y recordar también lo que pasa
cuando te ríes de verdad.

Quiero abrazar la honestidad,
la dulzura, la ternura,
la pasión y el sol,
mi Sol radiante y mi Luna desnuda.

Dime, ¿dónde está la reparación?
cuando vives una doble vida,
la que aparentas y la que tienes,
la que dices y la que sientes,
la que ven y la que eres.

¿Dónde está la reparación?

Leyendo "Por si las voces vuelven" de Ángel Martín

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