Yo soy el águila libre,
soy pura, vuelo
y mientras vuelo, me expando,
y te expando, veo tu interior.
Agito mi cuerpo, agito mi consciencia,
transmuto, cambio,
desnudo mi cuerpo, zigzagueo,
me divierto cuando me muevo.
Soy sensual y creativa,
me siento juguetona, atrevida
y valiente.
Amo esa mente que hasta ahora me negaba,
amo esa alma que ahora me regala
escuchar mi voz interior
mientras bailo al ritmo de las olas,
de la noche, del día,
al ritmo del ciclo de la vida.
Yo soy el águila libre,
soy pura, vuelo,
me expando, te expando,
veo mi interior
reflejado en el tuyo,
suelto mi llanto, me abro,
me abro y hablo.
Hablo, hablo, hablo,
digo lo que hasta ahora estaba atrapado,
hablo sin miedo, sin vergüenza,
sin barreras ni cadenas.
Hablo mirando a los ojos,
relajo los hombros,
respiro y hablo,
hablo y escucho,
escucho y respiro,
respiro y callo.
Callo para escuchar
el auténtico sonido del ruido
y del silencio,
el silencio de la calma,
del equilibrio y de la serenidad,
el silencio de la integración
y del aprendizaje,
el silencio de la voz despierta,
que elige a consciencia
con quién compartir su reloj.
Yo soy el águila libre,
soy pura, vuelo
y mientras vuelo, me expando,
y te expando, veo nuestro interior.
Sonrío y, por fin, vivo.
Gracias Javi por la foto y la compañía.
Gracias Susana por el viaje.
Gracias Yao por ser espejo.
Os amo
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