Déjale ser, expresarse,
equivocarse, vestirse,
preguntarse, responderse,
acertar y potenciarse.
Déjale ser,
hamacarse, jugar,
mirarse al espejo, sonreír,
llorar solo, si lo necesita
o callarse, si no quiere hablar.
Déjale decidir,
déjale olvidar,
déjale aprender.
Déjale ser,
ganso, mono o flamenquito,
enrreda, entrenador o jugador,
alumno y maestro,
el que pone tu mundo al revés.
Déjale ser,
tal y como es,
lo único que necesita saber
es todo lo que ya le has enseñado
pero sobre todo, sobre todo
que lo amas
y siempre estarás allí con él.
A mi hijo, Luca
(Y a mí, que sigo aprendiendo a ser madre)
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