Trato de ser yo misma y no poner cara de espanto cuando descubro nuevos fallos, forman parte de la naturaleza humana. Hace varios días que no escribo ni que dirijo la palabra. Estoy atrofiada por la excusa de la búsqueda de soluciones y el resultado de maltratos. Hace días que no hablo. Mis labios están pegados y no recuerdan la sensación del aire ni de las cuerdas vocales. Mi lengua está petrificada, mis dientes plastificados. Mi rostro oscuro, mis ojos rojos por falta de sueño. Ni cerrados los párpados protegen ya del polvo que entra por la ventada oculta tras unas cortinas atascadas. Mis manos pesadas, mis dedos duros, mis uñas largas no alcanzan las letras del teclado y resbalan como resignadas al abandono. Trato de ser lo que en realidad soy. Habrá que despertar.